En otra ocasión
dispuse a pasar la noche
y tome la sabana para
taparme pero la
acomode junto a mi lecho
al poco rato, oí un
ruido de la silla corriendo.
Prendí la luz en el acto
pero nada había pasado
pero al escucharse ruido
extraño, nunca sentí
temor de habitar el
castillo pues considere
que este espíritu de
Gustavo Cerati no es
malo y convivo
con el no es algo
que me asustó.
Porque Cerati
me cantó el rito
en el medio del palacio
de la cúpula y yo
vidente espiritual,
lo escuché antes
de la envidia del
destino.
Cintia Villalba