Docentes en lucha

SUTEBA hizo un balance el año pasado destacando "la resistencia al ajuste del Gobierno", pero estiman que 2019 será peor. No arrancarían las clases

«El año pasado estuvo signado por las luchas y este 2019 creemos que va a ser peor porque no se avisoran cambios porque amanecimos con tremendos tarifazos. Los medios nos han acompañado mostrando nuestros reclamos lo que para nosotros es importantísimo».
Así lo señaló Miriam Marinozzi, secretaria general de SUTEBA en el brindis que el gremio ofreció a los medios de prensa locales en la sede de la organización sindical de los docentes. «Hay estudiantes que se van a volver al interior poque no pueden pagar el alquiler ni las tarifas de los servicios. Hay alumnos que no van a poder llegar a la escuela porque no van a poder pagar el boleto del transporte. Ni hablar de los docentes que entre transporte y tarifas se nos va a ir entre un 30 a un 40 por ciento de nuestro sueldo. El resto seguramente se destinará a la comida, si alcanza…».
Marinozzi, también se quejó por las paritarias, señalando que «nunca cerramos un acuerdo y en forma discrecional porque como y cuando quiso el Gobierno fue dando los aumentos pero nunca hubo un acuerdo simplemente porque nuestra opinión nunca fue tenida en cuenta».
Dejó entrever la posibilidad que en marzo no empiecen las clases: «cuando el Gobierno no cerró una paritaria en 2019 y ni siquiera se aviene a dialogar para ver cómo recomponer el salario en 2019 el Gobierno Nacional y provincial son los responsables del no inicio de clases».
Además opinó que «en el medio de esta situación que el Presidente y los Ministros se aumenten sus sueldos produce una indignación absoluta por el momento inoportuno donde la gente la está pasando muy mal. Es muy pequeño el sector de nuestra sociedad que puede decir que con este Gobierno le está yendo bien… Locales cerrados, despidos por goteo en las industrias y mucha gente en situación de calle, el panorama es desolador», reflexionó.
Finalmente, Marinozzi destacó que «adelantar elecciones es un síntoma de alarma, porque quieren que esta bomba no le explote en las manos pero al mismo tiempo no escuchamos alternativas que no propongan sacrificios para salir de este atolladero».

 

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