Hay menos pobres en América Latina, pero más desigualdad, baja movilidad de clases y débil cohesión social

La concentración del ingreso sigue siendo extrema en América Latina y el Caribe, pese a que en 2024 se registró el valor más bajo de pobreza por ingresos desde que existe el indicador: el 25,5 % de la población, unas 162 millones de personas, según datos a los que accedió la Agencia Noticias Argentinas.

El estudio anual “Panorama Social de América Latina y el Caribe 2025: Cómo salir de la trampa de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social” fue presentado este miércoles en la sede regional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en Santiago de Chile, por el secretario ejecutivo del organismo, José Manuel Salazar-Xirinachs.

El funcionario explicó en conferencia de prensa que América Latina y el Caribe deben redoblar sus esfuerzos para salir de la trampa de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social, y cumplir con los compromisos acordados recientemente en la Cumbre Social 2025, realizada en Qatar.

Desde la CEPAL proponen cinco estrategias clave:

• reducir la desigualdad educativa;
• crear empleos de calidad;
• avanzar en la igualdad de género y la sociedad del cuidado;
• enfrentar la discriminación y las violaciones a los derechos humanos de personas con discapacidad, pueblos indígenas y personas migrantes;
• fortalecer la institucionalidad social y su financiamiento.

“El escenario económico mundial no es el más favorable. Se ha acumulado descontento social, frustración en los sistemas políticos y polarización, lo que amenaza incluso a la institucionalidad democrática”, advirtió el funcionario de Naciones Unidas.

Valores más bajos

El informe detalló que el 25,5 % de la población latinoamericana se encontraba en situación de pobreza por ingresos en 2024, lo que significó una disminución de 2,2 puntos porcentuales respecto de 2023 y de más de siete puntos en comparación con 2020, en plena pandemia de COVID-19.

La incidencia de la pobreza monetaria observada en 2024 constituyó el valor más bajo desde que hay datos comparables para la región.

Por su parte, la pobreza extrema afectó al 9,8 % de la población (62 millones de personas) en 2024, lo que representó 0,8 puntos porcentuales menos que el año anterior, aunque 2,1 puntos porcentuales más que en 2014, cuando se alcanzó el nivel más bajo de las últimas tres décadas.

Durante la presentación, el director de la División de Desarrollo Social de la CEPAL, Alberto Arenas, explicó que el 10 % más rico de la región captó en 2024 el 34,2 % del ingreso total, mientras que el 10 % más pobre solo accedió al 1,7 %, una diferencia calificada como “extrema”.

El economista señaló que esta es solo una de las dimensiones en las que se manifiesta la desigualdad, dado que se trata de un fenómeno estructural y multidimensional.

Además, indicó que entre 2021 y 2024 el coeficiente de Gini —que mide la desigualdad— disminuyó en la región, aunque América Latina y el Caribe sigue presentando el promedio más alto entre todas las regiones del mundo, solo por debajo del África Subsahariana, y unos 14 puntos porcentuales por encima del registrado por los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El estudio incorporó en esta edición una nueva metodología que incluye un índice bidimensional de desigualdad de oportunidades educativas, que combina cobertura con resultados de aprendizaje. Si bien este índice disminuyó en casi todos los países de la región, el promedio latinoamericano más que duplicaba al de la OCDE en 2022, lo que sigue representando un fuerte obstáculo para la movilidad social intergeneracional.

Finalmente, el informe advirtió que la sobrecarga de trabajo no remunerado limita la participación de las mujeres jóvenes en la educación, el mercado laboral, la vida pública y política, así como en el tiempo de descanso. Por ello, avanzar en la igualdad de género y consolidar la sociedad del cuidado aparece como otra estrategia clave para superar la trampa de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social.