Jaque Mate

No todo tiempo pasado fue mejor, pero en algunas cuestiones los principios, el honor y las convicciones marcaban la línea moral de las personas.
Así los guardapolvos blancos eran intocables. En idéntico sentido un auto con una sola calcomanía y una cruz daba muestras que allí había un doctor. Ambos eran blancos, con el color de la pureza que los llevaba a realizar hazañas de vida. Ambos tenían lugares abnegados a los cuales concurrían de cualquier forma con tal de brindar su sapiencia, tanto para curar como para ensenar.
Allá lejos y no hace mucho tiempo los maestros más destacados eran los de frontera y los rurales. Hoy día son iguales a los de la escuela pública en general, y como vienen los pibes, hasta también los privados.
Pocas veces me he de sacar el sombrero, por hacer reverencia al respeto que me infringe un maestro; en su carácter de agente transformador de un país, que trabaja denodadamente para dignificar el futuro de nuestros hijos. Ellos dan todo y más con la sola retribución de terminar el año constatando el aprendizaje de sus alumnos. Y digo que es con esa sola retribución porque si hablamos de lo que cobran, entonces estamos más complicados.
La situación se encuentra compleja porque la educación hace rato que está en jaque, o sea que la han dejado en una posición de amenaza constante y con un solo movimiento para continuar. Sin el respeto hacia estas mujeres y hombres que dejan todo día a día para dar lo mejor de sí, difícilmente podremos salir de esa posición, y a contrario sensu caeremos lamentablemente en el mate.
Quizás la paradoja es que no hay contrario. Que no hay rey adversario a quien matar. Aquí es donde se desvela el principal objetivo de una trama viciada de decisiones mecanizadas tendientes a destruir culturalmente a las clases. Entonces es que estamos ante un Jaque Mate porque se encuentra en una posición del ajedrez en la que el rey se encuentra amenazado y esta situación no puede cambiarse mediante ninguna jugada legal.
Pero, diría Disney, que si lo puedes soñar lo puedes lograr, y es por ello que si bien «el rey está atrapado» o «el rey no tiene escapatoria», la realidad dista de que «el rey ha muerto», ya que es imposible que perezca mientras existan estos hombres y mujeres que con su paso incansable por las aulas siguen dando ejemplos claros sobre los principales pilares de un pueblo y una nación. Sustento inclaudicable para la preservación de la identidad y el crecimiento de un país.
Vaya, entonces, para ellos el mayor de los reconocimientos en su día desde este humilde espacio. ¡Feliz día a todos los maestros!​
Mi saludo fraternal. Walter.

Por Walter Di Giuseppe
Abogado. Miembro Fundador de IQ (Identidad Quilmeña).

 

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