La UNQ hace frente a la crisis

El rector Alejandro Villar dijo que la Universidad "ha estado un poco atemperada" frente a los problemas económicos del país. Aseguró que la clave fue trabajar utilizando "menos recursos" y "sosteniendo los elementos centrales" de la casa de estudios

Para el rector de la Universidad de Quilmes, Alejandro Villar, la crisis «ha estado un poco atemperada» durante su gestión dado que «trabajamos conscientemente con la meta de que la UNQ siguiera trabajando y produciendo con menos recursos».
El rector, que ingresó hace 27 años a una casa de altos estudios que acaba de celebrar las tres décadas de su fundación, destacó además «nuestra preocupación constante por la calidad y la inclusión».
«Afortunadamente, me tocó ver este crecimiento de cerca y puedo asegurar que fue una experiencia riquísima, tanto en lo académico como en la gestión. La UNQ creció no solo en lo edilicio sino que también se fueron consolidando sus matrices básicas: la investigación, la política de becas, la innovación, la universidad virtual y la educación a distancia. Se veía un desarrollo sostenido donde lo más importante que tenía -y tiene- era la posibilidad de que aquellos que tienen ideas y proyectos los pueden llevar adelante», dijo en una entrevista a la página web universitaria.
«Pienso que un rasgo a subrayar es nuestra preocupación constante por la calidad y la inclusión. La relación profesor-alumno que procuramos generar representa una de las definiciones más relevantes del tipo de Universidad que queremos. El tamaño de las aulas habla de eso: la más grande alberga 70 personas, pero el resto tiene una capacidad máxima de 50. Este dato muestra nuestro interés en fomentar un proyecto educativo con proximidad. La lógica de ‘área’ en lugar de ‘cátedra’ es uno de los elementos que nos distinguen. Otra característica se vincula con la política de investigación, el financiamiento de programas y proyectos. El área ha tenido un crecimiento sostenido hasta avanzar con la creación de centros e institutos. Con respecto a la innovación, promovemos proyectos disruptivos como la educación virtual (donde hemos sido pioneros), la Planta de Alimentos Sociales y la Editorial UNQ, que ocupa un lugar importante en el espacio del debate académico y político nacional e internacional. También hemos tenido una política de becas consistente para que nuestros estudiantes puedan realizar y finalizar sus estudios».
Para Villar, el desafío de su gestión fue «sostener los elementos centrales de la Universidad en un contexto tan hostil como el que hemos tenido durante los primeros tres años de nuestro mandato. Nuestra preocupación era conservar lo que teníamos y seguir creciendo en algunos aspectos. Aunque tuvimos una situación presupuestaria muy compleja, la enfrentamos trabajando en conjunto con todos los actores. Trabajamos conscientemente con la meta de que la UNQ siguiera trabajando y produciendo con menos recursos. Hemos logrado que la crisis brutal impuesta por el gobierno de Mauricio Macri a la sociedad argentina haya estado un poco atemperada aquí».

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