Nosotros los niños

Columna de opinión

Perseguir fantasías es algo maravilloso porque desde el sueño se logran objetivos inconmensurables. Esa es nuestra infancia, y hasta creo que gran parte de la adolescencia si pretendemos perpetrarnos en la piel de Peter Pan.
Ahora bien, que pasaría si esa fantasía se volviera la vida misma? Me encanta esa gente que sigue siendo niño y ojo que no hablo de aquellos que se niegan a envejecer, ya que son dos cosas totalmente distintas.
Me veo reflejado en aquellos que siguen siendo niños y ya pintan canas. Somos el motor de un abanico enorme de posibilidades. Podemos sonar, podemos creer, tenemos fe y obviamente esperanza en cada paso.
Cada vez que voy a la Plaza Conesa a pasear con mis hijos los busco. Ahí están. Es muy fácil darse cuenta. Conectan rápidamente con cualquier chico, porque obviamente son ellos, los chicos, los que pueden ver al niño que tenemos dentro.
Estará en la cara? en el gesto? en la sonrisa picara de la complicidad? No sé. Pero si me queda claro que ellos se dan cuenta. Es como cuando mi viejo me decía –si queres saber que opinan de vos fíjate como te tratan los hijos. Un genio del camino. No sé si era inteligente, pero si sabio. Es que los niños no mienten. Ellos no tienen frenos inhibitorios. Hasta algunas veces les he oído decir a algún mayor que los niños son crueles. Y como no serlo, si la vida lo es; la diferencia que nosotros disimulamos y ellos no.
Adoro verme reflejado en ellos. Tirarme al sueldo y jugar como uno más pero vienen a mí las responsabilidades y la descripción casi perfectamente despiadada del catalán Joan Manuel Serrat diciendo que eso no se hace, que eso no se dice, que eso no se toca.
O mi abuelo Antonio que decía «de niño y de loco, todos tenemos un poco». Como dejarlo vivir si viviendo dentro de nosotros nos extiende la vida.
El jardín maternal de mis hijos los más pequeños me ha hecho conocer a un magnate pero de la educación. Loris Malaguzzi, maestro y pedagogo, fue el iniciador e inspirador de la metodología educativa de las escuelas de Reggio Emilia –Italia-, dedicando toda su vida a la construcción de una experiencia de calidad educativa en la cual se escuchaba, se respetaba y se consideraban las potencialidades de los niños.
Así como a algunos se le va apagando la niñez interior, también vamos apagando la de ellos mismos en el día a día del contexto familiar o de la educación que los termina empobreciendo. Según Loris los métodos educativos subestimaban a los niños, los encasillaba, no los deja expresarse, ni experimentar, ni aprender por sí mismos.

 

Mi saludo fraternal. Walter.

Por Walter Di Giuseppe
Abogado.
Miembro Fundador de IQ (Identidad Quilmeña)

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