Una pericia que se realizará sobre un arma 10 milímetros en la Asesoría de La Plata será determinante en el juicio que se le sigue a dos jóvenes que están acusados de haber matado al hijo del dueño de un frigorífico en la zona oeste de Quilmes en un presunto intento de robo. Sobre los jóvenes pesa una condena a prisión perpetua en primera instancia de un tribunal del Departamento Judicial de Lomas de Zamora por otro crimen y se especula en cotejar si dicha arma fue la misma que se uso en ambos crímenes.
Así quedó fijado en la última audiencia en el debate que seguirá adelante la semana próxima con los informes periciales que serán claves en el devenir del juicio oral que se le sigue a Maximiliano Paniagua Sánchez y Joaquín Romero. La requisitoria fue elevada por la fiscal María Adela Oricchio a lo que los jueces Alicia Anache, Alejandro Portunato y Edgardo Salatino hicieron lugar.
Durante las audiencias de producción de prueba había sido relevante el aporte de un perito balístico de la DDI local que había indicado que «por las características de las lesiones y el informe de la autopsia, el disparo fue realizado a menos de un metro».
El perito había sido contundente en relación a las precisiones que brindó a las partes como a los magistrados para graficar el cuadro con el que se encontró momentos después de que la víctima había sido abatido por dos sujetos. El idóneo se refirió a su intervención en los hechos y los documentos donde rubricó su tarea.
A preguntas de la fiscal María Oricchio como del particular damnificado, doctor Fabián Améndola y los defensores Roberto Rosales y Luís Méndez había sido contundente al explicar que «lo particular del hecho fue el arma secuestrada que es una 10 milímetros, ya que de ellas ingresaron muy pocas al país», explicó y al referirse al informe de autopsia recordó que «todo hace prever que el disparo se realizó a un metro de distancia, es decir hay poco espacio entre la pólvora y el impacto».
Según consta en la causa el episodio se produjo cuando la víctima llegaba a bordo de una camioneta 4×4 Toyota Hylux al taller mecánico de un amigo, ubicado en la calle Andrade al 2500, de Quilmes Oeste.
Villarín, era hijo de un empresario frigorífico de la zona. En ese momento, frente al portón del taller mecánico, el dueño de la camioneta fue abordado por dos jóvenes, aparentemente se habría resistido al intento de asalto y recibió al menos dos balazos. Por los hechos están acusados por «homicidio simple», Paniagua Sánchez y Romero que en circunstancias que determinará la Justicia están procesados por el crimen de Miguel Angel Villarin ocurrido el 15 de agosto de 2011 en inmediaciones de la zona oeste alrededor de las 21.30.
Según había trascendido, la victima llegó a extraer de su vehículo una pistola Hekler & Kocc, cuando fue impactado por dos disparos, uno de ellos en la nuca y el otro en la parte superior de la espalda: «el arma que estaba cercana a la víctima no estaba abatida (quiere decir que no fue accionada)».
Al escuchar los disparos, el amigo de Villarín salió a ver lo que pasaba y se encontró con el cadáver, mientras que los delincuentes ya habían escapado del lugar a bordo de un Volkswagen Fox color verde.
Si bien la principal hipótesis siempre fue la del robo, a los investigadores les llamó la atención que los atacantes no se hayan llevado la billetera, ni el arma, ni camioneta de la víctima, por lo que no se descartaba otro tipo de hipótesis.
Los jueces Alejandro Portunato, Alicia Anache y Edgardo Salatino pasaron a un cuarto intermedio hasta la semana próxima cuando siga adelante el juicio oral y público.

