Quiere darle su propia voz

Pedro Monzón empezó a reordenar a un equipo marcado por la irregularidad y le dio identidad al Mate para resurgir en el campeonato de la C. Moncho supo establecer prioridades en un plantel que sigue buscando las satisfacciones deportivas

Terminó el año futbolístico de Argentino de Quilmes con sensaciones variadas. Este 2017 del Criollo fue agitado y a su vez afectado por las decisiones apresuradas, contagiadas por la voracidad de los resultados. No es menor el hecho de que hayan pasado tres cuerpos técnicos, en dos torneos.
En la primera mitad del año el entrenador Juan José Acuña no logró lo que deseaba y su equipo fue eliminado del Reducido ante San Miguel. Acuña renunció tras haberse quedado sin el ascenso. En la segunda mitad del año la dirigencia recibió ayuda económica y el Albiceleste se llevó la mirada de todos en el mercado de pases.
Llegaron nombres rutilantes para la categoría pero las ilusiones de Gastón Vanadía-Silvio Maidana fueron interrumpidas en solo cinco partidos. Por consiguiente, se renovaron las expectativas con la llegada del actual entrenador Pedro Damián Monzón, que buscó reestablecer prioridades en un equipo que estaba perdido.
Entonces, se pretendió que Pedro Monzón (un técnico con trayectoria) sea el indicado de darle orden a un plantel lleno de experimentados y de futbolistas con pasos en Primera División (Sergio Escudero, Matías Villavicencio, Mariano Martínez, Jorge Medina, entre otros).
Monzón no hizo que su equipo deslumbre en la cancha pero sí le dio fortaleza mental para hacerle frente a los animadores del campeonato de la Primera C. Moncho le dio solidez defensiva al equipo y despertó a un grupo de jugadores que venía abatido tras una cadena de derrotas.
El fútbol tiene una urgencia: conseguir triunfos. Monzón es consciente de eso pero no tiene la obligación de que su equipo desarrolle un juego vistoso, sino que su obligación es darle carácter, su propia voz para que se defienda en cualquier escenario. Eso lo llevará más lejos de lo que se puede imaginar en una categoría en la que importa la solidez defensiva.
Argentino es un equipo irregular, que no ha podido vencer a rivales que están peleando el descenso pero que tuvo personalidad para superar a aquellos que también aspiran al título. Luchar contra la inestabilidad servirá para saber cómo el equipo estará encaminado en esta segunda etapa del campeonato.
La mirada está puesta en la segunda mitad del Torneo 2017/2018. El Mate está en etapa de crecimiento, la apuesta por un entrenador experimentado puede significar encontrar satisfacciones a largo plazo. Monzón busca reordenar al Mate, que sigue agitado por los tiempos que lo atropellan.

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                                                                                                               Fernando Martini

El Mate de Pedro Monzón culminó el año en el último lugar del Reducido (Archivo El Sol)
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