Un gas que asfixia

Boletas de MetroGAS no llegan y los clientes deben pagar con intereses sufriendo amenazas de corte. No atienden reclamos contra el correo de la distribuidora

Numerosos clientes de la empresa MetroGAS de Berazategui denunciaron que «ya es sistemática la práctica de la firma de no enviar las boletas, por lo que debemos pagar con intereses, sufrir amenazas de corte de suministro y trasladarnos a Quilmes a regularizar la situación porque en Berazategui no tienen oficina comercial».
Uno de los afectados, Alberto Fernández, sostuvo que «no es la primera vez que no me envían la boleta para el pago, aunque luego de la fecha de vencimiento sí llegan las intimaciones de corte de suministro, incluso por duplicado, con todos los intereses y detalles incomprensibles, como por ejemplo 4,74 pesos del 10 de enero de 2018 ¿Qué habré gastado, diez centímetros cúbicos de gas que olvidaron de cobrarme?», se preguntó con ironía.
Contó que el 19 de abril se acercó a la oficina comercial de MetroGAS, en la avenida Hipólito Yrigoyen de Quilmes y luego de dos horas de cola pudo pagar su deuda más intereses por una boleta que nunca llegó a su domicilio. Allí se enteró que MetroGAS le va a liquidar en la próxima factura «el cargo por gestión y envío de la notificación dentro de la boleta que se emita por consumo de gas», es decir que si lo objeta y no la paga, más allá de que la falla fue del correo que eligió MetroGAS (La Postal) le van a cortar el servicio. Ese cargo es de 57 pesos y si le envían Carta Documento el monto asciende a 195 pesos. Ni que hablar si tampoco le llega el aviso de corte, dado que en ese caso los montos de reconexión van desde 403 a 748 pesos según el consumo.
A propósito del correo, La Postal, tiene un lema: «la compañía elegida por las principales empresas nacionales e internacionales…». Seguramente la eligen las empresas, no sus clientes… Los reclamos sobre las facturas de MetroGAS que no llegan se multiplican, pero la distribuidora de gas en lugar de cambiar de empresa de correos (Oca, Correo Argentino, etc) de probada eficiencia, la sigue eligiendo contra la voluntad y los intereses de los usuarios. No se entiende la determinación salvo que haya poderosos intereses, casi tan grandes como los que los castigados clientes deben pagar cuando no les llega la factura…
Para completar el panorama, Josefa Gómez, una anciana de 82 años, comentó que en MetroGAS Quilmes quiso utilizar la caja «rápida» de prioridad para ancianos, discapacitados, embarazadas o madres con bebés en brazos, pero le dijeron que debía hacer un trámite en informes. Allí había una larga fila y al llegar al mostrador le pidieron el carné de PAMI para demostrar que era jubilada y acceder al «boleto amarillo» que le permitía acceder a la otra cola, «la de la felicidad…». Pero como no llevaba esa credencial nadie pudo comprobar que era anciana, cojeaba por una escoliosis y debía llegar antes de las 15 al médico de cabecera para que le hiciera una receta para tomar sus medicamentos. «Abuela, la próxima traiga un electrocardiograma, el última análisis de orina y el bucodental por las dudas», le dijo una mujer indignada que le cedió su lugar en la fila principal ante la abatida mujer, que se puso a llorar de la impotencia e indignación.

MetroGAS Quilmes, ese infierno tan temido
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