Hoy se cumplen dos décadas del trágico femicidio de Natalia Di Gallo, un caso que dejó una profunda marca en la historia de la Provincia de Buenos Aires. Natalia, de 16 años, fue violada y posteriormente asesinada, arrojando su cuerpo en una zanja de Camino General Belgrano, en Berazategui, cerca del Parque Pereyra Iraola.
La fatídica noche del 28 de diciembre de 2003, Natalia, oriunda de Florencio Varela, se encontró con Nicolás Gómez, un joven que había conocido días atrás. La promesa de Gómez de regresar a las 2 de la mañana se rompió, y a las 03:30 los padres de Natalia recibieron la llamada de la policía, alertando sobre un supuesto ataque en el Parque Pereyra. Gómez, quien la acompañaba, relató un relato confuso que involucraba a un atacante desconocido.
Cuatro días después, el 1 de enero de 2004, el cuerpo de Natalia fue encontrado envuelto en bolsas de basura. La escena del crimen fue alterada por la policía, comprometiendo la investigación. A pesar de los errores iniciales, la familia persistió en su búsqueda de justicia.
La investigación se centró en Gómez como el principal sospechoso, pero las contradicciones en su testimonio y la falta de pruebas materiales llevaron a su liberación tres meses después. En 2005, nuevas pericias revelaron que Natalia fue drogada antes de su muerte, contradiciendo el relato de Gómez.
En 2011, bajo la dirección del fiscal Alejandro Ruggieri, se produjo un nuevo giro en el caso. Un testigo corroboró la versión de una pareja que había visto el traslado de Natalia de un automóvil a otro. En 2014, Gómez fue condenado a 20 años de prisión por su participación en el secuestro seguido de muerte.
A pesar de este avance, los autores reales del femicidio nunca fueron identificados. La declaración de Martín Lanatta, vinculado al «triple crimen de General Rodríguez», señaló a Andrés Mayer, Christian Refichi y Karina López como posibles involucrados. Sin embargo, la causa paralela se cerró debido a la prescripción, dejando preguntas sin respuesta.
Hoy, recordamos a Natalia Di Gallo y a tantas otras víctimas de femicidio, reafirmando la necesidad de continuar luchando por la justicia y erradicar la violencia de género.
