Cayó una banda de gitanos estafadores

Una banda de gitanos integrada por cuatro personas y liderada por un brasileño, que se dedicaba a estafar a ancianos con el «cuento del tío» y «la llorona» y que operaba en distintas localidades del Conurbano Sur (entre ellas, Quilmes), Oeste y en Capital Federal, fue desbaratada en las últimas horas luego de una serie de allanamientos realizados por la Policía de la provincia de Buenos Aires.
Los delincuentes, dos hombres y dos mujeres, fueron apresados luego de dos operativos llevados a cabo en un domicilio ubicado en calle Pola al 2032 de CABA y en otro situado en Rancho al 400 del partido de Morón.
Producto de los allanamientos, los efectivos secuestraron cinco vehículos (tres VW modelos Polo, Golf y Gol Trend, un Smart y un Renault Sandero), dos notebook, una tablet apple, telefonía utilizada para perpetrar los engaños, joyas de oro (cadenas, collares, alianzas, anillos, aros y relojes Rolex), diez cédulas de identidad, dos pasaportes, una escopeta, un binocular, una cámara de fotos, y dinero en efectivo.
De acuerdo a la investigación, los ahora detenidos se dedicaban a estafar a las personas mayores jubiladas con las modalidades «cuento del tío» y «la llorona «principalmente en las zonas de Ituzaingó, Hurlingham y Morón, aunque también cometieron hechos en la zona de Quilmes y en Ciudad de Buenos Aires.
Según informaron las autoridades, los estafadores realizaban alrededor de 30 llamados por día y la modalidad utilizada dependía del horario. «Durante el día usaban el cuento del tío haciéndose pasar por empleados del banco y durante la noche se hacían pasar por un familiar de las víctimas. Además se calcula que participaron en al menos dos mil hechos», aclaró un alto jefe policial a cargo del operativo.
Como supuestos empleados del banco, los delincuentes les decían a las víctimas que, producto de la inflación, había que cambiar los billetes por nuevos para que no pierda el valor, o directamente, alegaban que iba a haber un cambio de billetes y que tenían que pasar a retirar los viejos para otorgar los nuevos.
Durante las noches, los maleantes llamaban como si fuesen familiares (hijos, nietos, sobrinos) y se mostraban desesperados por alguna situación particular. Ante ello les solicitaban a las víctimas dinero para resolver el problema.
La organización delictual era liderada por un brasilero de 37 años que actuaba con su hijo de 19, nacido en argentina y dos mujeres, de 36 (pareja de cabecilla) y de 19, madre e hija entre sí.
A partir de una amplia pesquisa, que incluyó la intervención de líneas telefónicas, los investigadores lograron conocer el paradero de los acusados y con aval de la justicia montaron los operativos que posibilitaron las respectivas capturas.
Tanto la investigación como los allanamientos estuvieron a cargo de personal perteneciente a la DDI Morón.

 

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