Creer o no creer

Ahora viene lo mejor. Atrás quedó una temporada irregular, con ilusiones y decepciones a la vuelta de la esquina; pero Quilmes será parte del torneo Reducido y allí buscará el segundo ascenso a la Liga Profesional. Tan importante como eso.

Si bien hace dos meses que quedó afuera de la pelea por jugar la final por el primer ascenso y el único campeonato que jugó fue un mano a mano con Atlético de Rafaela por el cuarto puesto, que finalmente terminó ganando y que le permitirá tener la localia y la ventaja deportiva, en el único partido de octavos de final.

Ese logro, sumado a la clasificación para la disputa de la próxima Copa Argentina, se consiguió gracias a la diferencia de gol y no estuvo avalado por el rendimiento. El equipo que ahora conduce Ariel Fuscaldo no dejó su mejor imagen en el último partido ante Racing de Córdoba, donde cayó en el Centenario por 2-1.

Esas inseguridades aumentan, cuando de los últimos seis partidos como local, Quilmes perdió cuatro: Rafaela, Independiente Rivadavia, Mitre y Racing y solo le ganó a Villa Dálmine (se fue al descenso) y a Tristán Suárez (jugará la promoción para evitar bajar a la B Metro). Además, fue derrotado más veces en el Centenario (6) que cuando jugó como visitante (5).

Por lo tanto la ventaja de localia no sería precisamente “una ventaja”, sin embargo Quilmes tendrá dos de los tres resultados a su favor para pasar de ronda. Lo que no tiene a su favor es la credibilidad de su gente, que vio sus últimos partidos como local.

Por lo que para creer en este equipo, habrá que confiar por última vez en la capacidad colectiva que puede mostrar un conjunto que suele estar integrado por buenos jugadores y que tiene atrás un técnico como Ariel Fuscaldo que se está jugando la oportunidad de su vida.

Pueden sonar a argumentos pocos convincentes, tal vez el más firme sea otro y  esté relacionado con el clima que se podrá generar en la previa al reducido. Se tratará de asumir un positivismo, extraño en el mundo Quilmes, en donde abundan los apóstoles del fracaso.

Hay que creer, porque se trata de una nueva oportunidad para volver a Primera y Quilmes irá otra vez por ese objetivo que nunca puede faltar en una temporada.

“Nos acostumbramos a hacernos el harakiri solos, lo estamos retirando a Messi ¿Estamos todos locos?”, señaló con sabiduría hace unas horas Leonel Scaloni. Esa será la gran misión en el Mundo Quilmes, evitar auto flagelarnos y que los golpes vengan desde afuera y no desde adentro.

Compartir