Franco fue el Goat

Foto: @qacoficial

El muchacho de la película fue Santi Puzzo que pudo cumplir su sueño de convertir un gol con la camiseta que tanto ama él y su familia, para darle nada menos que un triunfo en el último minuto al Cervecero. No puede haber otra manera de soñar, un gol en Primera.

Con el debido respeto para Santi y para todos sus seres queridos que seguramente guardarán ese recuerdo como uno de sus tesoros más importantes de sus vidas, el verdadero GOAT fue Darío Franco, el entrenador de Quilmes.

El DT fue determinante en el triunfo de Quilmes sobre Estudiantes de Caseros y tomó una decisión clave que definen sus convicciones como entrenador de fútbol. En un momento bisagra del partido eligió un camino y luego el resultado lo aprobó para darle visibilidad.

Ese instante fue cuando el árbitro Pablo Giménez expulsó al mediocampista local Santiago Briñone  y quedaron diez contra diez en la cancha; en el epilogo del primer tiempo (47 minutos), Iván Ramírez había visto la roja en Quilmes.

A los 78 minutos se paralizó el partido y había dos caminos por tomar: aferrarse al empate que al fin de cuentas no era un mal resultado debido a la condición de visitante y a la dificultad de jugar casi 40 minutos con uno menos o ir a buscar el triunfo en iguales condiciones numéricas que el rival.

El GOAT Franco fue por la segunda opción y sacó un defensor como Federico Tévez que a esa altura del partido parecía un veterano de guerra y al mediocampista Alexis Steimbach, al que le costó encontrar ubicación, por el pibe Puzzo y el delantero Maximiliano Alanis.

Fue a buscar la victoria que finalmente encontró en un golazo inolvidable para Santi Puzzo. Pero con el cambio, el entrenador les mandó un mensaje a los que quedaron adentro del campo de juego: había que ir a ganarlo.

No siempre los cambios dan el resultado que los entrenadores imaginan y no por eso están mal hechos. Por ejemplo: en el entretiempo, para acomodar al equipo tras la expulsión de Ramírez, el GOAT prescindió de manera lógica de Fabián Bordagaray, de los de arriba el menos rápido, para contraatacar por Joaquín Postigo que fue a jugar de Ramírez.

Además, la variante del defensor Lucas Abascia por Tomás González cuando el partido estaba 1-0 la hizo para sostener el triunfo con una línea de cinco. Pero tan solo tres minutos de haber hecho esa modificación en defensa, Estudiantes había llegado al empate por intermedio de Franco Fagundez. El cambio del GOAT estuvo bien hecho, a pesar que el resultado en esa variante no lo acompañó.

El equipo sumó 7 puntos sobre 9 en el inicio de la temporada, por más que la tabla de posiciones demuestre lo contrario. Deberá sobreponerse a las bajas físicas que tuvo en las últimas semanas pero este tipo de triunfo permite ganar tiempo en su consolidación y afirmar las ideas. Aunque en el caso de Darío Franco parecen estar claras.

SEBASTIÁN KERLE

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