Lo que pasó y lo que viene en la UNQ

En tiempos de coronavirus, el rector Alejandro Villar y vicerrector Alfredo Alfonso hicieron foco en el cuidado, la solidaridad y el compromiso de la casa de altos estudios. Ambos coincidieron: "el balance es muy positivo y estamos orgullosos de nuestra Universidad"

«El balance es muy positivo, estamos orgullosos de que nuestra Universidad pudo estar a la altura. La respuesta de la comunidad fue impecable: el personal de administración y de servicios, los docentes, a la gente que desempeña tareas de gestión y cargos jerárquicos. Todo el mundo se puso la mochila del trabajo…», afirmó el doctor Alejandro Villar como rector de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), después de un año 2020 que fue muy difícil de transitar.

«Todos los miembros de esta casa tienen una gran valoración del esfuerzo compartido. Reconocemos al otro en su esfuerzo y sentimos que nos hacemos fuertes a partir de lo colectivo. Todas las áreas contribuyeron para poder salir adelante y la institución está muy fortalecida», apuntó el vicerrector Alfredo Alfonso.

La pandemia

«Cuando comenzó la pandemia nos propusimos cuatro cosas: cuidarnos, que los estudiantes y docentes no perdieran sus clases, colaborar con el Estado que estaba al frente de la lucha contra el coronavirus en todos sus niveles y hacer funcionar los órganos colegiados para gobernar con la legitimidad y la democracia que se requerían», expresó Villar.

Afortunadamente, todos los ejes de la agenda propuesta en marzo fueron resueltos de manera satisfactoria: la UNQ continuó con las clases, puso a disposición del Municipio de Quilmes su infraestructura para que funcionara como centro sanitario de aislamiento, brindó el laboratorio (Plataforma de Servicios Biotecnológicos) para el procesamiento de muestras de la COVID y, como si fuera poco, en conjunto con la Universidad Nacional de San Martín, fabricó un producto autóctono con valor agregado como el kit de diagnóstico rápido «ELA-Chemtest».

Quedó claro, a partir de este 2020, que el sistema científico-tecnológico de la UNQ está en condiciones de enfocarse en problemas concretos orientados a lo sanitario, pero también orientar los esfuerzos a necesidades que demande el aparato productivo.

Bajo esta premisa, Alfonso indicó que «tenemos capacidad de transferencia, ya hemos demostrado que podemos inventar productos. Buscaremos fortalecer las relaciones con el medio productivo; nos hemos dado cuenta de que somos un actor clave. Asimismo, la comunicación pública de la ciencia ha desempeñado un rol clave, porque todo lo que se logró hubo que darlo a conocer. La repercusión fue muy buena».

Otro de los ejes, además del diseño de insumos y las capacidades científico-técnicas instaladas, fue pulir las herramientas vinculadas al desarrollo inclusivo. «Cuanta más diversidad tengamos, construiremos una mejor institución. Cuantos más derechos conquistemos, mejores nos vamos a sentir. De a poco hay que transformar la mentalidad, porque la pluralidad, la inclusión y la apertura son logros que nos llenan de orgullo», manifestó Alfonso.

El Consejo Superior de la UNQ, en línea a lo dispuesto por el Gobierno nacional, aprobó el cupo laboral (docente y PAS) y las becas para personas trans. Disposiciones inclusivas y de amplitud de derechos que renuevan el oxígeno de una casa de estudios joven pero madura.

Sin embargo, como es natural, no todo fue sencillo. La principal dificultad durante 2020, desde la perspectiva de Villar, fue gestionar la incertidumbre: «debíamos tomar decisiones mientras escuchábamos lo que decían por televisión el Presidente y sus ministros. Fue un escenario totalmente inédito, teníamos el deber de ir cambiando en forma permanente de acuerdo a las necesidades y a los temas que iban surgiendo».

Imprevistos que, en efecto, debían desmadejarse con un margen estrecho de maniobra. Nada que, no obstante, una Universidad rápida de reflejos no esté en condiciones de resolver. «La escala de la UNQ no solo nos permite adecuarnos a lo que toca sino también nos habilita a anticiparnos un poco al futuro. La Universidad te permite administrar futuro y no solo pensar el presente», puntualizó Alfonso.

Las expectativas para 2021

«Sabemos que no vamos a retornar a la normalidad de inmediato, pero a lo largo de primer cuatrimestre de 2021 es posible que se generen espacios para el regreso. Igualmente, no nos apuraremos a tener una fuerte presencialidad antes de chequear todas las variables. Lo más importante es cuidar a nuestra gente, hay que manejarse con mucha inteligencia y cautela. Hay trabajos que no ameritan la presencia, pero hay otros que pueden combinar presencialidad y virtualidad», comentó Alejandro Villar.

Mientras que Alfonso señaló que «uno de los desafíos más inmediatos será reflexionar y planificar la emergencia de espacios inteligentes. Estamos discutiendo la posibilidad de una adecuación inteligente de los espacios físicos; vamos hacia una nueva concepción arquitectónica para la creación de nuevos lugares en la UNQ».

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