La firma fabricante de pinturas, tintas, barnices y adhesivos comenzó a operar hace setenta años, pero impactada por la crisis económica decidió cerrar sus puertas y despedir a todos sus empleados que resisten en sus puestos hasta que se les garantice el pago de su indemnización.
La firma fabricante de pinturas, tintas, barnices y adhesivos comenzó a operar hace setenta años, pero impactada por la crisis económica decidió cerrar sus puertas y despedir a todos sus empleados que resisten en sus puestos hasta que se les garantice el pago de su indemnización.
Pese al “veranito financiero” dado por la estabilidad del precio del dólar de los últimos días, y a la desaceleración inflacionaria de un leve porcentaje, la crisis económica se hace larga e insufrible para los sectores vulnerables y, sobre todo, para el sector industrial nacional que sufre el principal embate.
A diario se conoce la noticia de una nueva fábrica que debe cerrar y dejar a sus empleados en la calle por la incapacidad de afrontar los costos con un nivel de ventas precario. En esta oportunidad le toca a la fábrica de pintura Becar, ubicada en la localidad de San Justo.
