Quilmes tiene una de las ocho maravillas del Conurbano

Una cuenta de Twitter eligió los lugares más exóticos del Conurbano. La réplica de la Estatua de la Libertad de Nueva York construida en la zona oeste fue finalista

La réplica del símbolo por excelencia de Nueva York sigue en alto donde funcionaron varias discos

Una cuenta de Twitter que retrata los lugares más extraños del Gran Buenos Aires incluyó a la réplica de la Estatua de la Libertad, ubicada en el expredio de Daytona, como una de las Ocho Maravillas del Conurbano, que también incluye el arco de entrada al Parque Pereyra Iraola.

El homenaje al símbolo de Nueva York está en Avenida La Plata y Benito Pérez Galdós, de Quilmes Oeste e históricamente formó parte de los boliches que se montaron en el lugar.

En primer lugar fue Daytona, luego se llamó La Mira, Metrópolis y finalmente Metro Disco.
La Estatua de la Libertad quedó dentro de las «maravillas» tras una votación de los usuarios de la cuenta de Twitter The Walking Conurban, pero también figura La Puerta de Pereyraburgo, como se denominó al ingreso al parque Pereyra Iraola, en Berazategui.

En tanto, El Castillo Olvidado, también de Berazategui, fue finalista y un tanque de agua con forma de caballo de Troya, de Florencio Varela, también fue incluido. Avellaneda también aparece con el Elefante Blanco.

La lista completa es la siguiente:
La Feria Persa, de San Miguel
El Elefante Blanco, de Avellaneda
La Puerta de Pereyraburgo, de Berazategui
El Tanque de Troya, de Florencio Varela
El Castillo Olvidado, de Berazategui
La Estatua de la Libertad Bailable, de Quilmes
La Pava de Golliat, de Tres de Febrero
El Tanque Absoluto, de Monte Grande.

«TWC piensa al Conurbano desde una mirada no centralista y estigmatizante», aseguró Diego Flores, uno de los responsables de la red social.

«A partir de la interacción con otras personas del Conurbano se generó una suerte de gramática donde podíamos reconocer la espacialidad del Conurbano como algo trascendente para mostrar más allá de los discursos hegemónicos que lo muestran como un lugar de delito, de padecimiento, de pobreza -que, por supuesto, existe, pero no es lo único».

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