Quilmes, un equipo en construcción

Quilmes en un equipo en construcción y como tal, habrá que esperarlo. La competencia determinará durante cuánto tiempo se estima esa espera pero algo está en claro: necesita un rodaje que aún no tiene.

El Cervecero tendrá las mismas dificultades que cualquier equipo recién formado y a diferencias de otros como por ejemplo, con Talleres de Remedios de Escalada, el rival al que no pudo superar el sábado y con el que igualó sin goles, tiene un plantel nuevo.

Con respecto a la temporada pasada se fueron 20 jugadores y se incorporaron 15. Sería imposible, con tres amistosos jugados en la etapa previa y con dos fechas que se llevan disputadas en la actual Primera Nacional, que ya el equipo defina una identidad.

Por eso no hay que apresurarse con sentencias absolutas con respecto al futuro de este equipo y pronosticadores abstenerse, porque todavía hay pocos indicios con relación al destino final de este Quilmes 2024.

Los escasos indicios: algunos positivos como por ejemplo que los jugadores en el campo interpretan la idea del entrenador Darío Franco; mostrándose como un equipo intenso que busca recuperar la pelota lo más arriba posible, que intenta ser corto y hacer un juego asociado para encontrar el camino al arco de enfrente.

Entre otros aspectos positivos hubo individualidades destacadas en los primeros dos partidos, pero son tan solo dos partidos, como por ejemplo la firmeza de Federico Tévez en la última línea. El defensor que ya tiene recorrido en el club, siempre cumple y en el lugar que lo pongan.

Entre las caras nuevas, la más destacada fue la de Ramiro Luna que le da una claridad a cada ataque de Quilmes indispensable para poder jugar como quiere Franco. Pero además, se suele conectar con los puntas y de su mente aparecen las resoluciones de las jugadas.

Pero ante Talleres, el equipo mostró que debe aprender a superar los planteos cerrados de los adversarios. El conjunto visitantes, más alá de su afectuosa relación con la pérdida del tiempo, le quitó espacios en el campo de ataque y Quilmes careció de ideas para poder superarlo. Además de falta de imaginación, el Cervecero no tuvo movilidad en los últimos metros.

La trillada frase futbolera “ni somos unos fenómenos cuando ganamos, ni un desastre cuando no lo hacemos”, que trajo Darío Franco a la conferencia de prensa es aplicable para mantener los pies sobre la tierra cuando se trata de un equipo en construcción.

Aún es prematuro poder decir que Quilmes estará en la pelea pero también lo es para decir que no va a estarlo. Dependerá de muchos factores. Además de potencias virtudes y corregir defectos, tarea que tendrá durante todo el año, habrá que ver si el recambio que existe en el plantel está a la altura de la competencia.

Muchos interrogantes por responder pero por ahora no es tiempo de sentencia. Habrá que seguir esperando, siendo expectantes de lo que pueda suceder con un equipo que tiene una idea pero que deberá fortalecerla en los próximos partidos. Atención, hay un equipo en construcción.

SEBASTIÁN KERLE

Compartir