Talentoso y multifacético. Así se lo puede definir a Matías Montero, un artista completo de la escena independiente que desde hace años viene haciéndose camino al andar merced a la calidad de sus obras musicales y teatrales.
Para muestra basta un botón, como por ejemplo, la invitación a conocer su disco “Alma de Cuerdas”, un álbum grabado en el año 2011 pero que está pronto a reeditarse “porque tenía ganas de que no quedara en el olvido”, según las palabras del propio creador a Diario EL SOL. “Alma de Cuerdas es un disco al que le tengo mucho cariño en particular, las fotos incluso me las hizo un compañero que trabajaba conmigo en el Teatro San Martín en ese momento. Me habían gustado mucho y me siguen gustando como quedaron las versiones instrumentales de guitarras, tanto de algunos temas conocidos como de otros muy viejos. Hay varios ritmos, todos en guitarra obviamente, todas las guitarras grabadas por mí, no hay invitados. Este año me propuse buscar alguna empresa y lo voy a reeditar, masterizar un poco mejor, y voy a hacer que Alma de Cuerdas esté otra vez vigente. No quería que se perdieran las grabaciones y pronto lo tendremos en las bateas nuevamente”, señaló en la entrevista con este medio.
Es en ese constante ir y venir de la oferta cultural que, al igual que los discos, muchas obras teatrales quedan en el olvido, sin embargo Matías supo aplicar el mismo concepto en sus propias creaciones sobre las tablas: “hago lo mismo con mis obras de teatro. Aunque haga nuevas siempre estoy reponiendo las anteriores, tenés que estar constantemente manteniéndolas en actividad. El arte por sí solo no sirve para nada, el arte sirve al hombre y el hombre sirve al arte. Una obra musical que nadie la toque, no existe más, un disco que no se edite no existe más, y así todo. Siempre es bueno mantener vigente a una obra”, subrayó Montero, quien el próximo viernes desde las 21.30 se presentará en La Dama de Bollini (Pasaje Bollini 2281, Capital Federal) junto a Agustín Almeyra para vivir una noche a puro tango y folklore tal como anuncian.
Músico, compositor, arreglador, actor, director… El arte forma parte desde chico para Matías Montero, quien como buen amante del género terror no iba a perderse la oportunidad de llevar adelante obras que tuvieran que ver con la temática. En este sentido, bien vale la pena resaltar lo que es “El Circo del Dolor”, la primera obra de terror en vivo, la cual busca recrear el estilo de los films de horror clásicos, y que este año volverá en agosto con su tercera temporada: “básicamente es una obra de teatro que ya no es musical, a pesar de que tiene música instrumental como un homenaje al hard rock y el terror de los ’80, sino más bien que es sumamente sangrienta. Es terror en vivo, lo que no ves en una película lo ves en vivo”.
Pero, sin irnos tan lejos, más acá en el tiempo, específicamente el 12 de mayo, durante la Vampírica Mascarada se producirá el preestreno de “Vlad, el príncipe de Valaquia”, escrita y compuesta por el propio Montero: “es así, el 12 de mayo haremos un preestreno, y haremos tres canciones con tres de los personajes principales con vestuario, coros…haremos una linda puesta que tendrá que ver con lo que después sea el estreno, este año o el que viene. Todavía no tenemos fecha de estreno, estoy terminando de trabajar los arreglos, la música, el libreto”.
De alguna manera, podemos decir que “Vlad, el príncipe de Valaquia” sucederá a su primer musical, “La venganza del Conde de Montecristo”, una interesante y oscura versión escrita, dirigida y actuada por él mismo, que tras 5 años en cartelera tendrá un merecido descanso: “hicimos la temporada 2017 en el Teatro del Cubo y cerramos el año con un concierto espectacular donde estuvieron figuras muy reconocidas del musical como Vicky Buchino, Claudio Morgado en el piano, vino Juan Ponce de León a cantar, estuvo también Gabriel Marián (ex cantante de Rata Blanca), es decir muchas figuras muy importantes. Sentí que tenía que darle un descanso después de tantos años con un mismo personaje. Y yo que soy un gran fanático del terror, sobre todo de Drácula, no quería hacer un musical sobre Drácula porque ya existen un montón, sino más bien sobre el verdadero origen histórico de quien fue Vlad, el príncipe de Valaquia. Quería recorrer un nuevo musical con otro personaje y renovar un poco la temática”.
Consultado sobre lo que implica hacerse conocer y sobretodo persistir en la escena independiente actual (en este caso del teatro, pero se puede aplicar a cualquier ámbito artístico) con algún espectáculo en particular, Matías Montero no dejó espacio para la duda: “el principal problema es que el género artístico es muy hostil, hay mucho egocentrismo; si bien conoces personas que te apoyan, también hay gente que por envidia o ego es demasiado crítica o tiran muy en contra. Las prensas que por ahí manejan hoy por hoy el espectáculo es gente muy elitista que no apoyan en sí las obras independientes. No veo que haya un apoyo masivo al género independiente, sí a las figuras reconocidas y todo lo que es comercial”, aseguró, añadiendo al mismo tiempo que “hay mucha gente del género independiente que tiene un gran talento y no se los da a conocer porque no son famosos. Pero ahí entrás en una dicotomía, porque si nunca los dan a conocer nunca serán famosos. En el under hay un montón de buenos músicos y buenas obras. Para mí hay cosas buenas en el under, que no es lo mismo que decir que es algo bueno el under, porque es el lugar donde no tenés opción”, sentenció.
Por último, podríamos decir que la pregunta del millón. No podía faltar la pregunta relativa a saber cómo fue que se inclinó al mundo del arte en general, conociendo ya sus varias facetas que tiene para ofrecernos. Y así lo explicó: ”el tema del arte es de nacimiento porque mis padres son bailarines de tango. En el año ’92 nos fuimos a vivir a Canadá, ellos estaban haciendo un espectáculo de tango y folklore, después volvimos a Buenos Aires donde vivimos hasta el día de la fecha. Yo nací en el ’87, ellos venían de hacer una gran gira de muchos años por toda Europa y algunos países de Asia. Más o menos en ese año ‘92, empiezo a acordarme de haber conocido los teatros, elencos, ver los ensayos, cómo se montaba una obra. A los 11, 12 años empecé a estudiar guitarra, y paralelamente el violín. Fui incursionando así en el género clásico, el flamenco, también con la guitarra eléctrica en cosas del heavy metal que me gustan. En el 2007 empecé a ver que solo con la música no terminaba de expresarme, y como me gustaba tanto todo el tema del terror, o cosas como El Fantasma de la Ópera, Batman, me decidí por incursionar en el teatro. Así fue que comencé a escribir obras mías, a estudiar teatro, y siempre apuntado a ese género. Yo digo siempre que he actuado, que no es lo mismo que ser actor, y dirijo mis obras que no es lo mismo que ser director”.
Andrés Alcaraz
