Las altas temperaturas, que rondaron los 40 grados de sensación térmica, ameritaron para que vecinos del distrito y alrededores disfruten de las riberas quilmeñas. En tanto, luego del mediodía se registró el grueso de gente, que además, disfrutó sin ninguna complicación.
La calle Cervantes a lo largo era un afluente de personas que optaron por ir a pasar la tarde al aire libre o bien en el agua. Familias enteras aprovecharon, también, que el clima ayudó, ya que no hubo lluvias en toda la jornada. En consecuencia, los vendedores ambulantes de los rubros de bebidas y helados no dieron abasto con la ventas, para bien de ellos.
Por su parte, en la ribera de Bernal, un panorama similar, vecinos de barrios como la IAPI, La Cañada o de la vecina Avellaneda también se dieron el gusto de refrescarse.
«Estaría bueno que esté un poco más cuidado esto, porque un día como hoy es mucha la gente que se acerca acá. Siempre que puedo vengo», manifestó un hombre de la zona oeste.

