Aborto y prematuros en una investigación

Ludmila Ailín Beitia Cazot es residente en Berazategui y se encuentra todos los días en la guardia de Maternidad del hospital Evita Pueblo. A pesar de ser abogada siguió su sueño de convertirse en médica y piensa ser una futura obstetra.
Realizó un trabajo donde investigó la relación entre aborto y prematuridad, estableciendo que el número de mujeres que comienza su vida reproductiva con un aborto en su primer embarazo va en aumento, lo que la hizo dudar en un principio «sobre la conexión entre ambas».
Asimismo, destacó que «las consecuencias de estas variables son importantes no sólo para el recién nacido y su madre sino además para la economía sanitaria del hospital y la sociedad, llegando a ser útil, en su momento, al identificar los factores de riesgo relacionados con la amenaza de parto pretérmino y la prematuridad, ya que de serlo los profesionales, la gestante y la familia tomarán las medidas de conducta factibles y económicas de prevención, incluso podría ser fundamento de promoción mediante la educación sexual reproductiva y planificación familiar a fin de incidir frente a la decisión de un aborto provocado a raíz de un embarazo no deseado».
Según el Informe de Acción Global sobre Nacimientos Prematuros son factores de riesgo de los nacimientos prematuros: el embarazo adolescente, peso inadecuado antes del embarazo (bajo peso u obesidad), lapsos cortos de tiempo entre un nacimiento y otro, enfermedades infecciosas, enfermedades crónicas, abuso de sustancias y pobre salud psicológica.
«La información sobre el impacto que deja un aborto inducido nos indica complicaciones a corto, mediano y largo plazo que las mujeres desconocen, tal vez por falta de fácil información al respecto, que llegue a la mano de la población, entre las secuelas físicas encontramos desde hemorragia posaborto, adherencia intrauterina causada por una infección, perforación uterina hasta la muerte, pasando por cáncer de mama, de ovarios, hígado y cervical (cuello uterino), desgarros del cuello, enfermedad inflamatoria pélvica, placenta previa en posterior embarazo o embarazo ectópico, endometritis. Si enumero las consecuencias emocionales y psicológicas se pueden destacar el llanto y culpabilidad, sentimiento de luto, remordimiento, pesadillas, pérdida de seguridad en cuanto a la toma de decisiones futuras, nerviosismo, frigidez, impulsos suicidas en determinadas fechas, baja autoestima, hostilidad o conductas autodestructivas e ira», apuntó.

Ludmila Ailín Beitia Cazot
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