Javier es un niño 11 años que desde sus 4 años fue diagnosticado con autismo y que gracias a la solidaridad de los choferes de la línea 257, tuvo un cumpleaños que jamás olvidará.
El niño es fanático de los colectivos y uno de sus deseos de cumpleaños era conocer una terminal y estar en ese ámbito que lo llenaba de curiosidad.
Es así, que al enterarse la noticia, choferes y delegados de la línea 257, que une Ezpeleta y Solano a través de diferentes puntos del distrito, decidieron invitarlo a sus talleres.
Javier conoció los talleres donde reparan los colectivos, se sentó en el asiento de conductor de una de las unidades y luego hasta compartió un viaje.
La familia agradeció a la agencia por el buen trato y los recuerdos imborrables para Javier y los chóferes terminaron agradeciéndole a la familia por la emoción que les provocó compartir ese día.