Columna de Opinión: La droga me está matando, y a los ciudadanos también

Según las noticias policiales, cuando el delincuente armado que escapaba y tomó de rehén a una persona en un comercio del centro de Quilmes se entregó a la Policía se le oyó decir «la droga me está matando». Y a su propio reconocimiento debo decir que no se equivoca, la droga mata lentamente a quien la consume.
Pero debo agregar que por los efectos en su conducta de esa misma droga que utiliza por adicción o darse valor para salir a cometer delitos, también mata a ciudadanos indefensos que no la consumen.
Ello sucede por las consecuencias que causa su utilización. Trastornos de personalidad, excitación, nerviosismo, alucinaciones, no conciencia de la situación, agresividad, entre otros que podríamos mencionar y de acuerdo a la droga que se utilice.
Es así que a veces ocurren homicidios en ocasión de robo con exceso de violencia y sin que la víctima se resista. Más allá de pensar que al delincuente le importe poco nuestra vida, tampoco es tonto. Sabe bien la diferencia entre la pena del robo y la del homicidio. Cuando ha consumido estupefacientes o psicotrópicos mezclados con alcohol la pérdida de conciencia lo lleva a cometer cualquier atrocidad, no tiene frenos inhibitorios, está alucinado y cree ver cosas que no existen, como por ejemplo confundir la acción de una víctima en tomar su celular y billetera para entregárselo, con un intento de resistencia, ya que para él en su desconexión con la realidad el teléfono se transformó en un arma. Entonces dispara y asesina y uno se pregunta por qué. Por la droga. Que él consume pero que nos transforma también a nosotros en víctimas.
Esta asociación de droga y delito no es nueva. Debe ser muy difícil con un trabajo honesto pagar lo que vale y que a su vez podamos cumplir con nuestro empleo con eficiencia. Y generalmente dejan sus estudios o empleo para delinquir y obtener el dinero para comprar la droga que consumen y que por la adicción no pueden dejar. Es un círculo vicioso que se repite y del cual es casi imposible salir solo. Se requiere el auxilio de organizaciones estatales dedicadas por entero a la tarea.
Si bien se nota gran cantidad de procedimientos contra organizaciones de narcotraficantes y elevados secuestros de drogas, con eso solo no alcanza. La droga tiene dos puntas: el consumidor y el vendedor. Con solo atacar una no sirve mientras la demanda exista. Siempre habrá nuevos delincuentes que la ingresarán ilegalmente.
El Estado debería abocarse también a evitar que existan nuevos consumidores y tratar de ayudar a los drogadependientes. Hasta ahora se vieron pocos esfuerzos en ese sentido, que no van más allá de expresiones de deseo. Últimamente ni siquiera hemos visto campañas publicitarias en ese sentido y menos aún nuevos centros de tratamiento.
Droga y delito van de la mano, con menos consumidores habrá también menos robos y homicidios de ciudadanos que no consumiendo ni siendo adictos, terminan no obstante como víctimas de los narcotraficantes y sus clientes.

Por Mario Naldi.

Comisario Mayor (RE) de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Presidente de Global Solutions Consultora Integral SA.
mario.naldi@globalsolutions.com.ar

El comisario mayor (R) Mario Naldi
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