Columna de Opinión: Los Mapuches y la violencia

El conflicto con los Mapuches pareciera en algunos momentos tender a solucionarse y en otros a agravarse, como en un balanceo permanente. Siempre fui de la opinión que la protesta surge ante la falta de respuestas a una petición o requerimiento, o bien a una situación de padecimiento.
Surge cuando el Estado se acuerda tarde de brindar algunas soluciones, o bien directamente no puede hacerlo por considerar absurdos los pedidos. En este caso, no puede permitir que un grupo de personas de origen chileno, ya que dicen pertenecer al pueblo Mapuche, pretendan tomar una parte de nuestro territorio y hacerlo una nación independiente. No sólo es absurdo sino que también va en contra de toda nuestra legislación y la Constitución Nacional.
Luego de la muerte de Maldonado el conflicto escala y al tomarse predios de Parques Nacionales en Lago Mascardi, se produce la muerte de un joven que junto a otros habían usurpado el lugar. Los policías dicen que fueron atacados con piedras, lanzas y disparos de armas de fuego, que ante ello se defendieron ya que sus vidas se hallaban en peligro. La Justicia inició la investigación del caso pero por la resistencia mapuche no pudo ingresar al predio donde sucedieron los hechos, perdiéndose o alterándose las pruebas o indicios que podrían encontrarse en el lugar.
Los usurpadores dicen que no tenían armas y fueron atacados. La madre de la víctima en su dolor por el fallecimiento de su joven hijo manifiesta «se lo llevaron vivo y me lo trajeron en un cajón» refiriéndose a los conocidos mapuches del joven.
Mientras tanto, la Justicia se ve impedida de investigar.
Todos tienen derecho a protestar o efectuar reclamos al Estado. Pero ello no significa que lo puedan hacer con violencia, ahí quebrantan la ley y por lo tanto son delincuentes a los cuales se debe aplicar la legislación penal vigente. No se criminaliza la protesta sino que el Estado debe actuar ante los grupos violentos y armados. De lo contrario viviríamos en la selva, donde el más fuerte gana.
La Mesa de Diálogo abierta puede ser un camino de solución y ojalá así lo sea. La pregunta es si los grupos mapuches violentos y armados están dispuestos a acogerse a la ley que a todos nos rige.
A aquellos que sigan con la agresión armada, el Estado debe responder con todas sus herramientas para evitar hechos de violencia colectiva. El terrorismo y los grupos insurgentes no son buenos, no conducen a buenas soluciones y sólo dejan muertes y rencores.
Es un capítulo de nuestra historia que ya se vivió y que los argentinos no queremos repetir. Esperemos que los grupos Mapuches violentos también así lo entiendan y a través de la Mesa de Diálogo encuentren soluciones y paz.

Por Mario Naldi

Comisario Mayor (RE) de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Presidente de Global Solutions Consultora Integral SA.
mario.naldi@globalsolutions.com.ar

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