Confirmaron una explosión

La Armada ratificó que se registró un "evento anómalo" a pocas horas de que se produjera el último contacto. Continúa la búsqueda desesperada y se teme el peor final

Un evento anómalo y no nuclear consistente con una explosión se produjo en el radio de tránsito del submarino ARA San Juan tres horas después del último contacto que mantuvo el miércoles 15 a las 7.30, en un área cercana al talud donde la profundidad del mar alcanza hasta los 3.000 metros, informó la Armada Argentina.
«Hubo un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión», dijo el vocero de la Armada, capitán de navío Enrique Balbi, al brindar el parte en el edificio Libertad acerca de las últimas novedades del sumergible desaparecido hace nueve días.
Balbi explicó que la información que reporta una explosión se recibió a través del embajador argentino en Austria, Rafael Grossi, y que la misma coincide con la enviada el miércoles por Estados Unidos que indicó una «anomalía hidroacústica» en un punto a 430 kilómetros de la costa en el Golfo de San Jorge. El dato sobre la explosión fue aportado por la Organización para la Prohibición de Pruebas Nucleares (CTBTO), con sede en Viena.
«Este miércoles nos llegó oficialmente la información de Estados Unidos sobre la anomalía hidroacústica y hoy recibimos el evento violento consistente en una explosión», precisó Balbi, quien especificó que para su estudio Washington convocó a otras agencias de países que cuenta con sismógrafos para «todo lo que es hidroacústica».
La zona de donde provino la anomalía detectada está a 430 kilómetros del punto más cercano de la costa en el Golfo de San Jorge, y tiene un radio de 125 kilómetros, precisó Balbi, quién explicó que está cerca del talud, donde la profundidad del mar «tiene variaciones muy considerables, desde los 200 hasta los 1.000, 2000 o 3.000 metros».
«Hay tres unidades de la Armada patrullando (el área), dos destructores y una corbeta para trabajar de forma activa, para tener ese contacto con el submarino», dijo y agregó que este jueves «arribaron 6 unidades de diferentes nacionalidades: 2 de la Armada, uno de la Secretaria de Agroindustria, el Polar Atlantis estadounidense, el Skandi Patagonia, y el Cabo de Hornos de la Armada de Chile.
«Están barriendo, haciendo un mapeo del fondo para tratar de localizar al submarino. Seguimos buscando hasta tener una evidencia más concreta de donde está el San Juan y nuestros 44 tripulantes», aseguró, sin aventurar el destino de los submarinistas que partieron de Ushuaia con destino a Mar del Plata, donde debía haber llegado el lunes.
«Aprovechamos los buques que están en la zona para ver cualquier residuo que puede haber quedado sobre la superficie. Si implota no hay nada que salga fuera del submarino», especificó aunque refutó que se tratara de un ataque.
El vocero se refirió a la avería reportada por el ARA San Juan en su última comunicación, al asegurar que la misma fue «solucionada», por lo que se le ordenó seguir su curso en inmersión a Mar del Plata, y negó que se pueda asociar esa falla a la explosión.
El juzgado de Caleta Olivia abrió una causa por «averigüación de delito» tras recibir la información sobre la pérdida de contacto con el sumergible. El fiscal Lucas Collo, a cargo de esa investigación preliminar, dijo: «Estamos tratando de investigar qué pasó», para luego determinar «si hay responsabilidad de tipo civil, penal o administrativa».

Dolor y enojo

Familiares de los submarinistas alojados en la base naval de Mar del Plata recibieron con dolor y furia la confirmación de que hubo una explosión el miércoles pasado registrada en la zona donde se reportó por última vez el submarino ARA San Juan.
Pocos minutos antes de la conferencia del capitán Enrique Balbi en la ciudad de Buenos Aires, los familiares habían sido informados de la noticia y algunos de ellos se retiraron de la base entre lágrimas e insultos a las autoridades. «¡Los mataron, mataron a mi hijo!», gritó el padre de unos de los submarinistas que, junto con su hijo, salió a toda velocidad en un auto de la base naval.
«Se roban la plata los jefes, por eso. Son unos hijos de mil puta (sic), mataron a mi hermano porque los sacan con alambre a navegar, yo estuve en la Armada», dijo el hermano de uno de los navegantes que viajaba en el mismo auto.
En otro de los vehículos que salieron de la base viajaba una mujer que repitió las mismas consignas. «Nos mintieron, nos mintieron», dijo.

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