El presidente de ACUMAR, Martín Sabbatella, reunió al Consejo Directivo para continuar avanzando en la gestión del organismo. En esta oportunidad se aprobaron proyectos, expresados en forma de acuerdos, protocolos y convenios, que significan una mejora en las medidas implementadas en la Cuenca Matanza Riachuelo.
En primer lugar, se aprobó un acuerdo de cooperación técnica con AySA que permite darle continuidad al trabajo de análisis de líquidos tales como efluentes, freáticos, de proceso, residuales, en tratamiento o para disposición en establecimientos, cuerpos de agua y viviendas ubicadas en la Cuenca. El acuerdo incluye la capacitación del personal de ACUMAR, con el objetivo de cumplimentar las tareas previstas en el Programa de análisis de efluentes líquidos, afluentes líquidos y aguas en el ámbito de la Cuenca Matanza Riachuelo.
Luego, se aprobó un protocolo para el convenio de cooperación interinstitucional entre ACUMAR y la Universidad Nacional de San Martín que radica en el monitoreo de indicadores de servicios ecosistémicos, evaluando el desarrollo y la recuperación del biocorredor ubicado en el predio del ex basural a cielo abierto del Municipio de Marcos Paz, a las orillas del arroyo Morales, hoy denominado Predio Batalla Villamayor.
El Consejo Directivo de ACUMAR dio por aprobado el acuerdo con la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNaB) para la presentación conjunta de un proyecto en la convocatoria del Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR) de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. El proyecto consiste en el desarrollo e implementación de tecnologías adecuadas para la automatización y comunicación en tiempo real del estado de los efluentes industriales.
El órgano rector de la Autoridad de Cuenca, con la participación de Andrés Carsen y Pablo Kunik, por Nación; de Tamara Basteiro e Ignacio Uresandi, por la Provincia de Buenos Aires; de Carlos Pedrini y Antonio Demarco, en representación de la Ciudad, se aprobó con el Municipio de Avellaneda, por un lado, y con la Ciudad de Buenos Aires, por el otro, la ejecución de proyectos de puesta en valor del espacio público a través de obras (denominadas nodos) que intervengan otorgando una utilidad y un sentido concreto, ya sea de esparcimiento turístico, deportivo, cultural o lúdico. Estos convenios, con cuatro nodos en Avellaneda y doce en la Ciudad, dieron continuidad a lo aprobado en el mismo sentido en la anterior reunión del Consejo con el Municipio de Lomas de Zamora.
