El paciente que recibió el primer trasplante cardíaco de 2023 volvió a su casa

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Julio es un paciente que recibió el corazón que esperaba desde octubre del año pasado. Fue operado el 15 de febrero y se trató del primer trasplante cardíaco del 2023 que se realizó en el HEC. El equipo de profesionales que lo asistió le dio alta y ese momento fue coronado por los aplausos de familiares de pacientes que esperaban bajo la pérgola de la entraba del hospital, mitigando el intenso calor del verano bajo la sombra de los árboles.

«Fueron 122 días de internación y de espera. Quiero agradecer a todo el personal del hospital, que me ayudó a transitar la internación, fueron mis pilares» explicó Julio. En la puerta del HEC lo esperaban su padre, su sobrina y la ambulancia que lo llevaría a su casa en la localidad de Avellaneda.

«Hace un año yo estaba trabajando de albañil levantando baldes de 5 kilos en cada mano, hasta que un día comencé a hincharme y no podía respirar. Fui al hospital y me dijeron que padecía una insuficiencia cardiaca dilatada congénita. Ahí fue cuando me dijeron que iba a necesitar un trasplante de corazón», recuerda Julio.

El hombre de 42 años fue internado en el hospital Fiorito de Avellaneda y luego derivado al HEC por la gravedad de su cuadro. Inmediatamente fue incluído en lista de espera y a los 20 días ya estaba en emergencia nacional, su corazón se debilitaba.

Pasó las fiestas de Navidad y Año Nuevo en el Hospital. Transitó el COVID-19 que le provocó una neumonía bilateral que lo obligó a estar en terapia intensiva. Pero salió adelante. Nunca bajó los brazos.

Los cuidados humanizados de todo el equipo de salud lograron acompañar anímicamente y sostener la espera de Julio. Pasó los días de enero acompañado de la música, una de sus pasiones. Por la tarde junto a Neri González y Patricio Artaza ensayaban, tocaba el bajo y cantaban canciones de rock nacional y cumbia. La música causaba un efecto terapéutico altamente positivo. Fue así que esos 122 días en una habitación fueron esperanza, fuerza interior y ganas de salir adelante.

“Nunca me sentí solo en todo este tiempo podría decir que entre 70 o 80 personas me cuidaron y asistieron, hasta que llegó el corazón. Incluso al ingresar al quirófano la música fue mi sostén”, recuerda Julio entre lágrimas.

La espera quedó, atrás el éxito de la cirugía y la donación del corazón que llegó justo a tiempo hicieron que Julio tenga una segunda oportunidad de vida.

Una vez más la salud pública brindando calidad de atención a la población. Contar esta historia es posible gracias al trabajo comprometido de todo el personal del HEC.

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