La presidenta de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), Malena Galmarini, participó de diferentes paneles internacionales en los que se debatió sobre cuál es el lugar de las mujeres profesionales en el mundo del agua. El principal objetivo de los mismos consistió en analizar los desafíos que presenta la región en relación a la igualdad de género para una toma de decisiones que impulse la igualdad.
Galmarini hizo hincapié en la importancia de implementar políticas de género cuando se llega a puestos de liderazgo: «Cuando llegamos es importante utilizar el poder que tenemos, ya sea mucho o poco, para transformar esas prácticas masculinizadas que no nos permiten ocupar lugares desde donde se pueden cambiar cosas. Por eso nosotras cuando llegamos a AySA incluimos la perspectiva de género en el programa Agua y Cloacas + Trabajo, que ahora se lleva adelante con cooperativas paritarias. Estas son las cosas que nos permiten la transformación con acciones concretas, porque una compañera trabajadora que no voy a decir su nombre, apenas ingresó al programa y cobró su primer sueldo pudo retirarse del hogar donde la violentaban. Cuando hablamos de autonomía económica, cuando hablamos de acompañar las situaciones de violencias de forma activa, hablamos de estas cosas, de darles libertad a las mujeres».
La presidenta de AySA, por otro lado, también remarcó que no alcanza con llegar a puestos de liderazgo si luego no se puede ejercer el poder de manera real: «Tenemos que trabajar en erradicar la negativizacion de las mujeres, como también la romantización. Cuando somos ‘brujas’ o cuando somos «reinas», ambas cosas nos alejan del poder. Y cuando hablo del poder no solamente hablo del poder como sustantivo sino del poder como verbo. Las reinas no gobiernan y nosotras lo que queremos es ser presidentas de nuestras empresas».
En ese sentido, la titular de AySA agregó: «Creo que hay que profundizar el compromiso con otras mujeres, sostener a las que llegan y acompañar a las que todavía no pueden con estas barreras. Enseñar la metodología política. Se habla mucho de que las mujeres no sabemos negociar y vaya si las mujeres sabemos negociar si lo hacemos constantemente con nuestros hijos e hijas».