La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación colocó un cartel en la comisaría segunda de Avellaneda, en memoria del Comisario Mayor de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Jorge Gutiérrez, al cumplirse 28 años del asesinato.
Esta señalización, en el marco de la campaña contra la violencia institucional que lleva adelante la Secretaría junto a la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires y al Municipio de Avellaneda, forma parte de las medidas que ordenó la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su sentencia de 2013 contra el Estado argentino, por la violación del derecho a la vida, integridad personal y a la protección judicial del comisario asesinado mientras cumplía su deber, investigando hechos de corrupción, contrabando y asociación ilícita de funcionarios públicos.
Pietragalla Corti
El acto se hizo en la comisaría de Giribone Nº 495 y fue encabezado por el secretario Horacio Pietragalla Corti, quien realizó un pedido de disculpas «desde el rol institucional que tenemos como Estado por no haber hecho esta reparación con anterioridad» frente a la familia de Jorge: su compañera Nilda, sus hijos Jorge, David y Marilyn y sus hermanos Nilda y Francisco «Barba» Gutiérrez (exintendente de Quilmes).
Participaron de la ceremonia el subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Matías Moreno; el intendente de Avellaneda, Alejandro Chornobroff; el director de Litigio y Defensa Legal del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Diego Morales; acompañados por autoridades de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y funcionarios nacionales, provinciales y municipales.
Pietragalla expresó además que «las fuerzas policiales cometieron violaciones a los derechos humanos y esas acciones no fueron sancionadas a tiempo. Esas prácticas siguieron, esas mafias se enquistaron en las fuerzas de seguridad».
Agregó que «hoy, la Secretaría de Derechos Humanos lleva una política muy clara contra la violencia institucional, y no mirando al policía como un enemigo sino como un sujeto al que hay que darle herramientas para defender a la institución policial, porque cada vez que un miembro de la policía comete violaciones de derechos humanos pone en juego a toda la institución policial».
El subcomisario Gutiérrez fue asesinado el 29 de agosto de 1994 mientras investigaba el caso denominado Aduana Paralela.