En una noche vibrante en el Bajo Flores, Independiente se impuso por 2-1 ante San Lorenzo en un partido de gran intensidad, pierna fuerte y emociones constantes. En un duelo que bien pudo terminar en empate o con victoria azulgrana, el Rojo se quedó con los tres puntos gracias a su mayor efectividad en los momentos clave.
El estadio estuvo colmado y el clima fue ideal para un clásico con mucho en juego. En la primera mitad, el equipo de Avellaneda se mostró apenas superior al intentar variantes ofensivas frente a un San Lorenzo que apostó a los pelotazos largos. La diferencia inicial la marcó Millán con un gran disparo de media distancia, pero el empate no tardó en llegar: Vombergar, desde el punto de penal, puso el 1-1.
El complemento mostró otra cara, con San Lorenzo dominando y generando varias ocasiones de peligro. Sin embargo, en el mejor momento del Ciclón, Loyola aprovechó un rebote dentro del área y marcó el 2-1 para Independiente. Fue un baldazo de agua fría para el local, que no logró reponerse en los minutos finales.
Dentro de un partido con muchos destacados, Loyola fue la gran figura, no solo por su gol sino por su despliegue en todo el campo. En San Lorenzo, Braida fue el más destacado, acompañado por buenas actuaciones de Romaña, Reali, Ávalos y Cedrés. También se pudieron ver algunos destellos de talento de Cabral, la joya azulgrana, aunque quedó la sensación de que Munian, quien ingresó en los últimos diez minutos, podría haber aportado más.
Con este resultado, Independiente suma confianza en su camino, mientras que San Lorenzo deberá recuperar la solidez para volver a la senda del triunfo en las próximas fechas.
