Iván Ramírez, será el capitán del equipo en el próximo torneo. El mediocampista es uno de los pocos «sobrevivientes» de la temporada pasada y acepta la designación «con orgullo».
«Es una responsabilidad y un orgullo llevar la cinta en un equipo tan grande como lo es Quilmes y representar a este grupo de jugadores. Lo tomare con la mayor responsabilidad para predicar con el ejemplo. Hay que ayudar al compañero de lo que está al alcance de uno y hacer lo posible para que las cosas salgan bien», resaltó.
Señaló también que «por algo confían en uno, pero siempre fui responsable. Hoy me toca asumir ese rol y para mí es un orgullo. La llevaré con el mayor de los respetos».
Con relación a la visión del plantel indicó que «hay jugadores con ganas de crecer y que toman este desafío como el más importante de sus carreras y eso es importante a la hora de conformar un grupo».
Por lo que «estoy con confianza por lo que se vio en el trabajo, por la idea del cuerpo técnico y por los jugadores que han llegado, más allá del rendimiento en los amistosos que fue muy bueno. Eso a uno le da ganas que arranque ya el torneo que sabemos que va a ser duro y largo. La Primera Nacional es una categoría que tiene mucha paridad y nosotros tenemos que pelear arriba. Se ha armado un buen plantel con ideas claras y esperemos poder demostrarlo en la cancha».
Además indicó que hicieron una muy buena preparación táctica. «Se ha trabajado de manera intensa y Darío (Franco) nos exige al máximo. Es un equipo nuevo con respecto al año anterior, con otro cuerpo técnico. Esperemos que todos nos adaptemos rápido y que sea desde el primer partido. En los amistosos se vieron cosas positivas y estamos con muchas ganas de empezar el torneo».
También habrá un reencuentro de la camiseta con la gente. «Estoy ansioso por el reencuentro con la gente y lamentablemente el año pasado no pudimos darles el ascenso que buscábamos todos. No pudimos terminar el torneo con la gente, después de lo que pasó con Gimnasia. Me quedó esa bronca».
Y agregó que «el partido del sábado ante Temperley será lindo, porque jugamos con un rival importante y seguramente vendrá mucha gente, esperemos que a la gente le guste nuestro juego y consigamos un buen resultado».
Apuntó que la reconstrucción no fue nada fácil. «Hubo que armar de cero todo: vestuario, grupo y las prácticas, todo distinto. Yo llegue a mitad de año y había un grupo solido que sabía lo que era Quilmes. Es difícil lograr eso. Si bien hay chicos del club, no es lo mismo integrar un plantel profesional que uno juvenil, hay otras responsabilidades y ellos las están tomando muy bien. Es un torneo largo que ojala se de todo pero va a haber momentos complicados y ellos también los tienen que asimilar. Hay que acomodar un poco todo, porque es un plantel nuevo».