La calle de los baches. Un equipo periodístico de Diario El Sol al recorrer la zona de Ezpeleta Este, más precisamente la calle Río Salado, pudo visualizar una serie de, por lo menos, cinco pozos de gran tamaño en un rango de seis cuadras que hacen de intercepción con la mencionada arteria.
El de mayor magnitud y que más traumas genera en los conductores de autos y colectivos que transitan el mencionado sector está en la unión de Río Salado y La Guarda. La importante depresión en la calzada tuvo su origen a inicios del año pasado y se empeoró en los últimos meses cuando los ómnibus de las Líneas 159, 300 y 219 (empresa Moqsa) comenzaron a circular por allí como camino alternativo a las obras de ensanche y pavimentación que se están llevando sobre la avenida Mitre que aún no llegaron a su fin.
Además del citado pozo, se han observado otros baches en la intercepción de Río Salado con las siguientes calles: Padre Bruzone, Salta, Buenos Aires y Santa Cruz. En todas estas esquinas se han visto depresiones que obligan a todos los automovilistas a reducir de forma considerable la velocidad de su vehículo. Indignados con la situación, lo residentes piden por mejoras en el corto plazo.
Es sabido que desde la llegada de Martiniano Molina a la intendencia, el Municipio de Quilmes ha efectuado una importante cantidad de labores en distintos puntos de la ciudad, donde se han repavimentado diferentes corredores viales de la zona oeste.
A pesar de tales trabajos donde avenidas como Mosconi, Calchaquí o Mitre han sido reparadas, los lugareños esperan la llegada de las obras a otros sectores del distrito en los que las calles internas no gozan de un buen estado y generan serios trastornos a la hora de ser conducidas por los ciudadanos quilmeños y de sus alrededores.
