La historia del Transbordador

Monumento Histórico Nacional

El Transbordador Nicolás Avellaneda es un Monumento Histórico Nacional y uno de los últimos ocho puentes todavía en pie en todo el mundo.


Fue construido por la empresa Ferrocarril del Sud, inaugurado en 1914 y, desde entonces, es considerado un ícono de la Ciudad de Buenos Aires y Avellaneda, protagonista de infinidad de postales, pinturas, películas y fotografías, y señalado como uno de los paisajes más emblemáticos de Buenos Aires junto con el Obelisco.


El puente llegó a transportar hasta 17 mil trabajadores por día, que hacían el cruce entre ambas orillas mediante su barquilla colgante, para ir y venir entre fábricas, astilleros y comercios ubicados en sus alrededores.


En los años ’60, con el cierre progresivo del puerto, y la inauguración del nuevo Puente Avellaneda, en 1940, dejó de funcionar y desde entonces permaneció abandonado.


En 1993 estuvo a punto de ser desguazado y vendido como chatarra por decisión del Gobierno nacional, pero fue salvado por una campaña iniciada por el arquitecto Carlos Pasqualini, vecino de La Boca, junto a distintas asociaciones vecinales, que lograron evitar el desmantelamiento.


El mecanismo siguió sin funcionar hasta que, en 2013, Vialidad Nacional inició las obras de restauración, en el marco de los trabajos de recuperación ambiental del Riachuelo que terminaron en 2017.


En 2023, el Transbordador volvió a abrir al público con fines turísticos por iniciativa de ACUMAR junto con el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, Vialidad Nacional y el Municipio de Avellaneda.

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