Las piletas del Pejerrey Club conservan su esplendor

En pleno invierno y en cuarentena, ese sector de la ribera mantiene su belleza para los pocos privilegiados que pueden acceder a la rambla

Las piletas del Pejerrey Club, en invierno y en plena cuarentena, mantienen la belleza y el esplendor de siempre, a pesar de que muy pocos quilmeños pueden visitarla por la cuarentena.
Un equipo de El Sol recorrió el histórico predio de la ribera, que tuvo un esplendor único, y comprobó que el sector de las piletas mantiene la belleza de un lugar de otra época que aún asombra a los visitantes.
El año 1909 la familia Fiorito se radicó en Quilmes, procedente de Italia, y fundó la empresa Balneario Quilmes SA. Se proyectó la creación y realización en la costa quilmeña y sobre el espejo de agua del Río de la Plata, un parque turístico y de recreación, al cual se llegaría por medio de la linea de tranvía desde la Estación.


Conseguida la autorización del gobierno de la provincia de Buenos Aires en el año 1910, compraron en la Rural la totalidad de los edificios e instalaciones del stand perteneciente al reino de Italia, utilizado en la exposición de la feria del centenario de la República, y que fueran visitados y premiados por la infanta Isabel de España.
En el año 1911 comenzaron la obras de construcción del primer Balneario de la república argentina, instalando en la rambla del mismo los edificios y Pérgola adquirida en la Feria.
En 1917 se inauguró sobre la rambla el primer cine sonoro al aire libre de la Argentina.
En el año 1927 se hablitaron, sobre el Río de la Plata, las piletas con agua salada con más de cuatrocientos vestuarios individuales.
El 2 de Julio de 1938, se fundó el Pejerrey Club de Quilmes, alquilando un sector de la Rambla.

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