El arresto de un joven acusado de «intimidación pública» contra el Presidente Javier Milei, tras una discusión en Instagram, ha generado preocupación por la libertad de expresión en Argentina. La Policía Federal llevó a cabo la detención del hombre de 29 años, acusándolo de planificar un atentado contra la integridad física de Milei con un disparo en la cabeza, basándose en un comentario del usuario en instagram.
El incidente desencadenó una investigación judicial y policial, dirigida por el juez Julián Ercolini, que concluyó que el detenido mostraba un pensamiento ideológico cercano a la propaganda política de la ex Unión Soviética, con posibles vínculos comunistas que podrían amenazar el orden público.
Estas acciones son vistas por algunos como un reflejo del discurso presidencial contra «los zurdos» y «los rojos», reavivando preocupaciones sobre la criminalización de la disidencia política y el uso de la fuerza estatal para reprimir la libertad de expresión. El arresto y el allanamiento en la residencia del individuo plantean interrogantes sobre los límites de la libertad de expresión y la actuación del poder judicial en casos de este tipo.
Todo esto, por supuesto, en medio del supuesto «Pacto del 25 de Mayo» de Milei, donde parece que la única negociación es la imposición de condiciones bajo la sombra de la intimidación. Parece que, en lugar de promover la democracia y el diálogo, el presidente prefiere usar su influencia para acallar cualquier voz crítica, incluso si es solo un comentario en redes sociales.
