Los insólitos insultos a Franco

Tierra de confusión. La eliminación de la Copa Argentina no puede desviar del camino a un equipo que se mantiene invicto, que recibió dos goles en nueve partidos y que lidera la Zona A de la Primera Nacional y que si no fuese por el descuento de los tres puntos por los incidentes de la temporada pasada, estaría a tres puntos de distancia y sería el equipo que más puntos sumó entre los 38 participantes de la categoría.

Por lo que son inentendibles los insultos que recibió Darío Franco durante y después del partido ante Central Córdoba por la decisión de utilizar un equipo alternativo en la competencia.

El cuerpo técnico, con el apoyo de la directiva, decidió priorizar el campeonato y no exponer físicamente a los futbolistas que habitualmente forman parte del equipo titular. Tan solo Lautaro Parisi e Iván Ramírez formaron parte del equipo inicial que jugó en el estadio de Temperley.

Por otro lado nada hubiese asegurado que jugando con el equipo titular, Quilmes iba a superar a los suplentes del equipo de primera, que presentó Central Córdoba de Santiago del Estero en el estadio Beranger.

Y si eso hubiese perdido el reclamo hubiera sido: “encima arriesgamos a los titulares” y ni que hablar si alguno de ellos sufría una lesión. En ese caso Quilmes tampoco podría incorporar a un reemplazante, ya que se encuentra inhibido por la FIFA (Caso Giovini).

La Copa Argentina nunca fue un objetivo para una institución que busca regresar a primera tras siete años y que aún está atragantada la final perdida con Barracas Central en el 2021. Prueba de ello fue la repudiable reacción de Rafa Barrios, el pasado viernes en Agropecuario, cuando ante el grito de “Burro” y después de intercambiar insultos con la gente de Quilmes, decidió gritarles el agónico empate.

En caso de haberle ganado a Central Córdoba, el próximo rival hubiese sido Estudiantes de La Plata y luego tal vez Newell´s y en el camino podría aparecer River. Queda en claro que no es el torneo de Quilmes, un certamen que con el paso del tiempo se fue haciendo más competitivo y salvo la excepción reciente de Patronato (2022), ahora es un objetivo preciado para los equipos grandes del fútbol argentino que se quedan sin boleto de Libertadores.

Desde lo extrafutbolístico, tampoco es el torneo de Quilmes que luego del partido ante Central Córdoba no quedó un peso en las arcas del club. La directiva tuvo que hacerse cargo de la concentración del plantel pero además “colaboró” con entradas y traslados para la gente. Gastos tradicionales cuando hay público de visitante, que no se cubren con las primeras llaves de la competencia.

Se entiende la frustración de la masiva convocatoria que tuvo el equipo y  tal vez habrá que agarrarse de ese dato positivo: Quilmes sigue siendo grande y si de demostraciones se trata la convocatoria del partido de Copa Argentina vale como ejemplo. Pero que sea un partido para inflar el pecho, grabar videos, portearlos en redes y sentirse grandes. No para arriesgar nada.

El camino que transita el equipo debe seguir siendo el mismo y que este tipo de “autoflagelo”, característico del mundo Quilmes esta vez, no termine lastimándolo en su firme recorrido.

Sebastián Kerle

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