Magdalena Leguizamón, la mujer a la que le habían amputado la pierna equivocada en el Nuevo Sanatorio Berazategui, falleció en las últimas horas en el Sanatorio Güemes, donde permanecía internada desde el martes.
En un hecho increíble, de una tremenda gravedad y que conmovió a la opinión pública la mujer -67 años- tenía prevista la intervención quirúrgica para amputarle su pierna derecha, pero los médicos se equivocaron de extremidad.
Por el hecho están imputados por «lesiones culposas» el traumatólogo Gonzalo Cardoza y el cirujano Rafael Marino Rico.
«Del Sanatorio de Berazategui siguen jugando a las escondidas. Nadie nos responde. Siguen sin dar la cara. Pero van a pagar por lo que hicieron», dijo Claudia, una de las hijas de Magdalena.
«Te voy a extrañar, te amo con todo mi corazón», publicó la hermana de la víctima confirmando la muerte. Mayra, otra hija de la jubilada, días atrás decidió realizar la denuncia por mala praxis y llevar la situación a la Justicia. La causa quedó a cargo de la Fiscalía Descentralizada de Berazategui.
En total once denuncias por mala praxis fueron contra la clínica de Berazategui, al tiempo que «existe documentación que acredita que un cirujano es, a su vez, titular de una casa funeraria», había informado la letrada denunciante Paola Stekloff.
La fiscal
«Hasta que los peritos médicos no se expidan la carátula sigue siendo lesiones culposas, una vez que concluyan la autopsia y las pericias, veremos si tanto la muerte de la mujer como la amputación de la pierna son por mala praxis tal como dice la denuncia», dijo la fiscal Karina Santolín acerca del caso.
Para Santolín, «no existe incompatibilidad, no configura delito que un médico cirujano sea propietario de una casa funeraria, sí se trataría de una falta ética. Pero las investigaciones por supuestas malas praxis no están relacionadas hasta el momento con esta vinculación, no consta en la causa esta relación, hasta el momento no se investiga otro delito que no sea mala praxis», dijo Santolín.
