La actividad en el Servicio Penitenciario Federal (SPF) marcó un hito institucional: es la primera renovación integral del uniforme penitenciario en más de 13 años. La última distribución había tenido lugar en 2012.
Esta nueva entrega representa un salto de calidad para la profesionalización de la fuerza y para su imagen institucional, acorde al nuevo paradigma de orden, productividad y responsabilidad que impulsa el Gobierno nacional.
Durante la ceremonia, se exhibieron los nuevos uniformes grises, confeccionados por personas privadas de la libertad en talleres instalados dentro de las unidades penitenciarias.
El programa “Manos a la Obra” se inscribe en una política penitenciaria de “Ocio 0”, que promueve actividades productivas como eje de orden, disciplina y reinserción.
“La cárcel no puede ser un lugar de privilegios ni de ocio financiado con el esfuerzo de los argentinos. Cada detenido debe contribuir con tareas productivas. El que no trabaja, no cobra”, afirmó la ministra Patricia Bullrich.
Agregó que «la cárcel no es un descanso. Es una deuda con la sociedad. El que las hace, las paga…».
La entrega incluyó más de 3.000 uniformes, parte de una producción total que supera las 6.500 unidades, elaboradas en los complejos penitenciarios de Marcos Paz, Güemes, Senillosa, Luján de Cuyo, Santa Rosa, Jujuy, y los complejos IV de Mujeres y VII de Ezeiza.
Acompañaron a la ministra de Seguridad, el subsecretario de Asuntos Penitenciarios, Julián Curi y el director nacional del SPF, Fernando Martínez.
En simultáneo se transmitieron imágenes en vivo de entregas similares en otros complejos del país, mediante una pantalla instalada en el lugar.
Al finalizar, las autoridades recorrieron los talleres donde los internos trabajan actualmente en la confección de uniformes para todo el personal del Servicio Penitenciario Federal.
