No está retirado y mucho menos muerto. Tal como lo anunciamos en la última edición de nuestro suplemento, Phil Collins está más vivo que nunca y con la calidad intacta. Prueba de ello es la gira que viene desarrollando (con marcado éxito y localidades agotadas) por varias ciudades de Latinoamérica y que, por lo pronto, culminará mañana en San Juan de Puerto Rico.
Argentina lo vio por partida doble, con sendos shows en Córdoba y Buenos Aires, tras haber pasado el último sábado por Montevideo. Precisamente con el mítico estadio Centenario de testigo, una de las máximas leyendas de la música brindó un concierto impecable que ni la lluvia pudo opacar.
Diario EL SOL tuvo la oportunidad y el privilegio de asistir a dicho show, donde aproximadamente 30 mil personas le dieron marco a una verdadera fiesta que arrancó con la banda local Reversa, para después darle paso a The Pretenders que, bajo la batuta de la carismática Chrissie Hynde, fueron impregnando de rock and roll, energía y ansiedad la noche a medida que se acercaba el momento más esperado, al compás de un estadio que presentaba cada vez menos huecos a cada minuto que pasaba. Es comprensible: a diferencia de nuestro país, donde actuó en River Plate en 1995, Uruguay jamás había tenido la chance de recibir al otrora excepcional baterista de Genesis.
La espera se hizo eterna, incluso luego de la gran performance de los Pretenders, que anunciaba indirectamente la inminente llegada de ese creador de hits en los 80’, algunos para bailar, otros para enamorar. Una serie de imágenes del artista a través de sus diferentes etapas artísticas, presagiaron esa llegada. Lo cierto es que apenas minutos después de las 21, ayudado por su bastón para caminar Phil hizo su ingreso al escenario, recibido por una catarata de aplausos y gritos.
“Hola Montevideo, hola Uruguay”, fue el escueto castellano que arriesgó el vocalista para encender aún más a los fanáticos del otro lado del charco, no sin antes recordar que era su primera vez allí, agradeciendo a todos los presentes por tal acompañamiento.
Una de sus más sentidas y bellas composiciones como lo es «Against All Odds (Take a Look at Me Now)» dio inicio a una velada llena de clásicos. Sobrevinieron «Another Day in Paradise», «I Missed Again” y «Hang in Long Enough» de su repertorio ochentoso solista, para luego dar paso a un mini bloque genesiano integrado por «Throwing It All Away» (del disco “Invisible Touch”) y “Follow You, Follow Me” (de “And Then There Were Three…”); éste último coronado con imágenes en pantalla gigante de las distintas etapas e integrantes de Genesis, hecho que seguramente habrá llenado de melancolía a más de uno.
El espíritu soul de «Who Said I Would» fue la última pieza antes de la presentación formal de la banda que lo acompañó impecablemente durante poco más de una hora y media. Un total de 14 personas, entre músicos y coristas, contándose Ronnie Caryl (guitarra rítmica y acústica); el cubano Luis Conte (percusión); Brad Cole (teclados); Harry Kim y Dan Fornero (trompetas); George Shelby (saxofón); el costarricense Luis Bonilla (trombón); Amy Keys, Arnold McCuller, Lamont van Hook y Bridgette Bryant (coros); Leland Sklar (bajo); Daryl Stuermer (guitarra líder, a quien presentó como un viejo amigo suyo y del público por haber sido parte de las giras de Genesis desde 1978); y su hijo Nicholas (batería, con tan solo 16 años y de quien dijo sentirse orgulloso de tenerlo en el escenario).
Junto a Bridgette Bryant interpretaron a dúo «Separate Lives», en lo que pareció un revival de la versión del álbum “Serious Hits… Live!” (1991). Tras esto, fue el turno de «Something Happened on the Way to Heaven» y ese cuasi himno que significa «In the Air Tonight».
Los presagios de lluvias y tormentas eléctricas se hicieron realidad cuando sonaba “You Can’t Hurry Love”. Sin embargo, lejos de amedrentar al público uruguayo, le dio otro color a la noche e hizo aún más épica e inolvidable esta presentación de Mr. Collins, mientras las capas y los paraguas aparecían por doquier en la Tribuna Olímpica del Centenario.
El ritmo de «Dance Into the Light» invitó a todos los presentes a, literalmente, bailar bajo la lluvia. Prosiguió un clásico infaltable de Genesis como «Invisible Touch», para dar un cierre parcial con «Easy Lover» y «Sussudio».
Tras una breve despedida, el bis fue “Take Me Home”, para finalmente sí dar por concluido el espectáculo. De esta manera, y con el agradecimiento correspondiente en las pantallas, el saludo final de Phil y sus músicos sobre el escenario, terminaba una noche mágica que ni la tormenta podrá borrar del grato recuerdo de los miles de seguidores que estoicamente disfrutaron en vivo de la leyenda.
De buen ánimo en toda la noche, el cantante británico ofreció un recital de 16 canciones que recorrieron toda su discografía e, incluso, algo de Genesis
Sus evidentes problemas de salud, que le impiden caminar normalmente (necesita un bastón) por los problemas en su espalda y brazos, no fueron obstáculo para desparramar energía sobre el escenario y demostrar que su voz sigue intacta
La gira latinoamericana “The Legendary Phil Collins Live” ya pasó por Río de Janeiro, Sao Paulo, Porto Alegre (Brasil), Monterrey, Guadalajara, México DF (México), Lima (Perú), Santiago (Chile), Montevideo (Uruguay), Córdoba y Buenos Aires (Argentina). Solamente resta el cierre que será mañana en San Juan de Puerto Rico
En el año 2016 Phil hizo su retorno a los escenarios en un evento de su Fundación Little Dreams, antes de tocar en vivo sus más grandes Hits en la apertura del US Open en agosto de 2017 en Nueva York, anticipando su Tour regreso
Andrés Alcaraz
