Tigre oficializó la compra del mediocampista Cristian Zabala, de cara a la reanudación del torneo de la Primera Nacional y sacudió, una vez más, a la política de Quilmes.
La negociación se firmó el lunes por la noche y el jugador rubricó un contrato por tres temporadas, hasta el 31 de diciembre de 2023.
El 80 por ciento de la ficha del jugador fue adquirido por Tigre, mientras que el 20 restante continúa siendo de Quilmes, que detenta un porcentaje ante una futura venta.
La cifra no se dio a conocer de manera oficial, pero estaría cerca de los 40 millones de pesos, según fuentes extraoficiales.
Quilmes deberá afrontar un descuento por el ingreso de la venta de Zabala (como de cualquier otro jugador) del 46,75 %. Ya que según consta en el concurso preventivo un 20 % del ingreso será para el fideicomiso que se acordó con Agremiados; 15 % del jugador y 11,75 % de gastos de transferencia.
El club informó de la venta (sin mayores detalles) por intermedio de las plataformas oficiales. Pero despertó una rápida respuesta de la agrupación Rojo Punzó, que fue parte principal de la anterior conducción del club.
En la cuenta de los Rojos, se publicó el siguiente mensaje: «Pésima noticia para los socios del QAC. No es chicana Presidente. Es sincero convencimiento. No es por acá. Y con todo el afecto que le tenemos, también le decimos que las descalificaciones por opiniones son cuestiones del pasado. Ese pasado al que no queremos volver». Publicación que fue avalada por el expresidente Marcelo Calello y por el exvice Julio García, entre otros exdirectivos del QAC.
Desde el oficialismo, el presidente Christian Sterli respondió: «el presupuesto se equilibra vendiendo jugadores, me sorprenden estas críticas porque es gente que ha vendido a Smith, a Ilarregui, prestado a Uzzante, a Lezcano… no critico estas decisiones, pero sí que hoy digan que no es el camino en un club que tiene que afrontar un pasivo enorme».
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