La reacción airada de Javier Milei hacia una exmaestra de 4º grado, Teresa, desencadenó una controversia que refleja una respuesta desproporcionada por parte del presidente. Después de que Teresa expresara su preocupación por las medidas gubernamentales durante una entrevista tras el discurso de Milei en el colegio, el presidente la atacó públicamente en redes sociales, calificándola de «farsante» y «mentirosa».
El hostigamiento continuó cuando Milei compartió una nota de las autoridades del colegio, en la que se desvinculaban de las declaraciones de Teresa y afirmaban que ella no fue maestra del presidente. Esta respuesta pareció ser una defensa excesiva por parte de Milei, especialmente considerando que Teresa simplemente expresó su opinión sobre la situación económica y laboral.
El agradecimiento de Milei por el comunicado de la institución escolar, que lo eximía de tener relación con Teresa, fue seguido por un comentario denigrante hacia ella en mayúsculas en redes sociales, reafirmando su postura beligerante.
La controversia resalta la sensibilidad del presidente ante la crítica y su disposición a desacreditar públicamente a quienes expresan opiniones contrarias, incluso si son jubiladas como Teresa. La situación también pone de relieve la importancia del respeto hacia la diversidad de opiniones y la libertad de expresión en un debate democrático.