La Justicia Federal de Morón procesó hoy, sin prisión preventiva, al joven de 24 años que había llegado de Estados Unidos el 13 de marzo y que por no cumplir la cuarentena contagió a 17 personas en una fiesta de 15. Entre los infectados estaba su abuelo, que terminó falleciendo a causa de la enfermedad.
“Propagación de enfermedad peligrosa y contagiosa culposa agravada por el resultado enfermedad y muerte” es el delito del cual el juez Néstor Barral
considera autor al contador. Podría tener hasta cinco años de prisión.
A su vez, el magistrado ordenó trabar un embargo de 50 millones de pesos sobre los bienes del contador y dispuso su inmediata libertad, debido a que se encontraba con arresto domiciliario.
Si bien el fiscal del caso, Santiago Marquevich, había acusado al contador de homicidio culposo, para el juez el delito cometido debe encuadrarse en la violación al artículo 203 del Código que rige sobre la pandemia, con el agravante de la muerte de su abuelo y el de haber enfermado a otras personas.
El hombre de 24 años había sido indagado el 14 de abril por el fiscal Marquevich mediante una videoconferencia. En ese momento se negó a responder preguntas y se remitió a un escrito que había presentado su abogado Guillermo Tiscornia, que también participó de la audiencia a distancia.
Es necesario destacar que el joven fue internado en una clínica porteña ya que había dado positivo los estudios de coronavirus. Mientras, su abuelo, de 71 con patologías previas, fue la víctima fatal número 28 del virus en el país.
