Se agrava la situación procesal de los tres policías detenidos por el crimen de Lucas

Los fiscales que investigan el crimen de Lucas González pidieron agravar la acusación contra los tres policías de la Ciudad detenidos por el hecho, al considerar que también deben ser imputados por la tentativa de homicidio de los otros tres adolescentes que viajaban en el auto baleado y la privación ilegítima de la libertad de todos ellos.
Además, allanaron la Comisaría Vecinal 4D, donde se labraron las actuaciones iniciales por el hecho, para secuestrar los registros y demás documentos, ya que no se descartan nuevas imputaciones por encubrimiento contra más policías.
Según la resolución firmada por el fiscal de Instrucción 32 Leonel Gómez Barbella, y Andrés Heim, de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), el inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas, quienes prestaban servicios en la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 de la Ciudad, deberán responder también por los delitos cometidos contra los tres amigos de Lucas, todos de 17 años.
Por tal motivo, a la imputación por homicidio doblemente agravado por haber sido cometido por miembros de las fuerzas policiales abusando de sus funciones y con alevosía de Lucas, le sumaron la tentativa de ese mismo delito contra los otros tres adolescentes, más privación ilegal de la libertad y falsedad ideológica.
Los tres efectivos, detenidos el sábado en dependencias de la Superintenencia de Investigaciones de la PFA, serán indagados este lunes por los fiscales y el juez de la causa, Martín Del Viso.
Según la acusación, «el despliegue policial consistente en instrumentar un procedimiento ilegal con sustento en la ilegítima detención de los jóvenes con miras a presentar los sucesos ocurridos, esto es, un escenario en el que resultara, además, gravemente herido uno de los presuntos imputados, configura una maniobra delictiva».
Los fiscales consideraron que «el accionar delictivo» de los policías «ha quedado visibilizado», ya que introdujeron «versiones falaces», con la «única finalidad de enmascarar con visos de legalidad una actuación que, a todas luces, no lo fue».
Al repasar los hechos ocurridos a las 9.30 del 17 de noviembre, Gómez Barbella y Heim destacaron que los policías iban en un auto Nissan Tiida sin identificar y vestidos de civil, que intentaron impedir el paso de los jóvenes cuando iban a bordo de un Volkswagen Surán y que, con ese objetivo, les dispararon.

Inhumaron los restos

Los restos de Lucas González, el adolescente presuntamente asesinado por policías en el barrio porteño de Barracas, fueron inhumados en el cementerio Parque Iraola, de Hudson, hasta donde llegaron acompañados por una caravana de familiares, allegados y vecinos.
Minutos antes de las 10, los padres de Lucas, Mario González y Cintia López, salieron a bordo del coche fúnebre con el féretro de su hijo rumbo al cementerio desde la sala velatoria Colonial, situada en Ruta 36 al 1200, de Florencio Varela.
En la puerta de la cochería más de un centenar de personas acompañaron con aplausos y pedidos de justicia, mientras que a su paso se fueron sumando autos que en caravana llegaron hasta el cementerio donde se llevó a cabo la inhumación en una ceremonia íntima.
Los padres de Lucas fueron rodeados de otros familiares y amigos que los acompañaron en todo momento con banderas y carteles pidiendo justicia.
Más temprano, un grupo grande de amigos y conocidos del adolescente asesinado había llegado en un micro de línea, con remeras con la leyenda “justicia por Lucas González”.
El velatorio comenzó cerca de las 19 del sábado, tras la finalización de la autopsia. Al inicio del velatorio, Cintia López, la mamá de Lucas, sufrió una descompensación dentro de la sala, por lo que una ambulancia llegó al lugar de inmediato y fue asistida por el personal médico.
Mientras tanto, también llegaron al lugar los tres sobrevivientes que estaban junto a Lucas en el automóvil VW Suran al momento de ser interceptados por los policías de la Ciudad de Buenos Aires.
Hasta las 20 del sábado se planificó una ceremonia reservada a los familiares más cercanos de la víctima, para luego abrir la sala permitiendo el acceso a los amigos.
Esa espera en el exterior de la cochería generó escenas de mucho dolor, con grupos de adolescentes consolándose entre sí y luego organizándose para ingresar a la sala velatoria varelense.

Compartir