El cardiocirujano René Favaloro hubiese cumplido este miércoles cien años y en su memoria se realizaron homenajes, como por ejemplo en La Plata (frente al mural realizado por el grupo Mosaico Nacional en la esquina de las avenidas Iraola y Centenario) y a pocos metros de la Facultad de Medicina donde cursó sus estudios.
En el centenario del nacimiento de René Favaloro, según reflejó Télam, también se reeditaron dos libros en torno a su figura, «Recuerdos de un médico rural» -un texto en primera persona que reúne sus memorias como médico en un pueblo pampeano- y la biografía «El gran operador», de Pablo Morosi, que recorre su infancia, su desarrollo profesional y su mirada sobre la salud.
Por otra parte, desde este año, sobre Avenida Belgrano, se puede ver un mural hiperrealista que rinde homenaje a quien sigue siendo el médico más querido del país.
En el podio de los héroes, Favaloro conquistó un lugar con su nombre. Los giros que dieron impulso a esa narrativa van desde la creación del bypass aortocoronario -que significó un hito para la cardiología en todos los lugares del mundo y una de las técnicas más valoradas de la humanidad-, hasta su mirada social de lo médico, su compromiso público, sus valores de honestidad, su aspiración de la justicia social y su trágico final cuando decidió quitarse la vida durante la crisis del 2000.
A 100 años de su nacimiento, un 12 de julio de 1923, su nombre sigue inspirando por su ética y su trabajo, indicó la agencia de noticias.
Dos libros reeditados para conmemorar la efeméride lo pintan de carne y hueso, uno a partir de su testimonio y otro que complejiza a fondo al personaje y a la persona. Además, este año, se inauguró un mural con su retrato sobre una de las paredes laterales de la Fundación Favaloro, en la intersección de las avenidas Belgrano y Entre Ríos, obra de Maxi Bagnasco.
Es la década del 50 y René Gerónimo Favaloro viaja a La Pampa para instalarse en el pueblo rural de Jacinto Aráuz. Se supone que va por tres meses pero aquello que comenzó como algo breve se extiende por doce años. Favaloro vivirá allí hasta principios de 1962 ejerciendo la profesión que lo apasiona y defiende a capa y espada: la medicina. Una profesión que en ese pueblo castigado por el viento y la sequía, lo elevará a una suerte de líder comunitario. «Es el testigo y confesor de los hechos que suceden y se siente parte de ella, goza y sufre con los demás», describe el propio Favaloro las avenencias que definen al médico rural más allá de su saber profesional.
«Recuerdos de un médico rural», recién reeditado por Sudamericana, es uno de los tres libros que el creador del bypass aortocoronario legó en clave de autobiografía.
Los otros dos son «De La Pampa a los Estados Unidos» y «Don Pedro y la educación». En ese primer volumen que dedica a la estadía en La Pampa, el cirujano recurre a su experiencia en primera persona como médico de un pueblo rural para narrar algo más que su propio quehacer y comprender la relación entre las condiciones socioeconómicas, la salud y la vida.
Este testimonio en primera persona conversa y se expande en otro libro, «El gran operador» (Marea), del periodista Pablo Morosi, una biografía escrita con el pulso de un documental que recupera la historia en detalle del médico argentino desde sus orígenes como descendiente de italianos que llegaron al país antes del fin del siglo XIX, su infancia en La Plata -pegadita al barrio conocido como El Mondongo-, los valores que definían a su familia (el trabajo y el esfuerzo), hasta su formación universitaria y su actividad política como representante estudiantil; sus recorridos profesionales de La Pampa a Estados Unidos, su consagración, su regreso a la Argentina y los desencadenantes de su muerte.
De médico rural a su gran hallazgo cuando operaba a una mujer a tórax abierto, en Estados Unidos, donde se había mudado para profundizar su formación, el derrotero de Favaloro es tan intenso como la potencia de su nombre. En esa cirugía, recuerda Morosi a Télam, «escribió una de las páginas más importantes en la historia de la cardiología mundial. Fue la primera cirugía programada de revascularización miocárdica que utilizó la técnica luego bautizada con el término bypass, vocablo en inglés que significa derivación o puenteo».
Favaloro se suicidó con un disparo al corazón un 29 de julio de 2000, a sus 77 años, cuando la Fundación que llevaba su nombre atravesaba una compleja crisis financiera, tras el recorte fiscal a la entidad y la deuda de la obra social PAMI.
«Por las características que tuvieron su intensa y prolífica vida y su dramática muerte, o quizás a pesar de ello, es que René Gerónimo Favaloro ha trascendido la obra científica y médica para erigirse en un símbolo que evoca en la opinión pública argentina valores como la honestidad, la vocación de servicio y la excelencia profesional, aunque la raigambre de su figura no esté exenta de controversias y complejidades que, precisamente, hacen a la condición humana», resumió Morosi.