Triple fuga, a juicio

El caso que involucra a los hermanos Lanatta y a Schillachi, que cumplían condena por los 3 crímenes de General Rodríguez, llega a un tribunal de La Plata

La Justicia platense comenzará a ventilar, luego de la feria judicial de invierno, en juicio oral y público la fuga de los hermanos Cristian y Martín Lanatta y de Víctor Schillaci de la cárcel de la localidad bonaerense de General Alvear en diciembre de 2015, cuando cumplían prisión perpetua por el triple crimen de General Rodríguez.
En tal sentido, voceros judiciales revelaron que el debate, que estará a cargo del juez del Tribunal Oral en lo Criminal I Juan José Ruiz, que actuará como magistrado unipersonal, se iniciará el 14 de agosto próximo, en la sala A de la planta baja del fuero penal de 8 y 56.
También explicaron que están propuestos 100 testigos y que el juicio podría concluir a fines de agosto.
El año pasado, el juez de Garantías II de La Plata, Jorge Moya Panisello, luego del pedido formulado por la fiscal que investigó el caso, Virginia Bravo, en el marco del expediente por el cual también será juzgada Susana Elvira Martínez (56), la suegra de Cristian Lanatta (49).
La fiscal dio por probado que el 27 de diciembre de 2015 Cristian y Martín Lanatta (47) y Schillaci (40) se encontraban en el sector Sanidad de la Unidad Penitenciaria 30 de General Alvear y a la 1,45 golpearon a un guardia cuando ingresó a hacer el recuento. Luego lo ataron de pies y manos, lo amordazaron y le robaron los borceguíes, una tricota y las llaves de un auto Fiat 128 y del penal, de acuerdo con el requerimiento de elevación a juicio.
Cuando estaban por salir por el «túnel» de la prisión, amenazaron con lo que aparentaba ser un arma a otro guardia, por lo que éste optó por abrirles la reja y también terminó reducido en el piso y atado con precintos. «Quedate tranquilo, si hacés un movimiento en falso, atrás vienen sesenta más», lo amenazó uno de los tres, y siguieron hasta la oficina de guardia, donde estaba el jefe de turno, al que le colocaron la supuesta arma en la espalda y uno le dijo: «Si vos gritás, yo te quemo, esto tiene silenciador», se detalló en la elevación a juicio, que luego fue confirmada por la Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata.
Además, se explicó que según ese testigo, también fue atado y los tres le dijeron que esperara una hora para empezar a gritar porque para entonces ya los iba a levantar un helicóptero, algo que nunca ocurrió, ya que terminaron escapando en el Fiat 128 Europa verde del primer guardia.
Pero antes -se agregó- de salir de la prisión, redujeron al guardia de la puerta, le robaron una pistola ametralladora con cargador y cartuchos y lo llevaron un par de cuadras mientras uno de ellos hablaba con un teléfono celular y gritaba: «Dónde estás, dónde estás, hacé señas de luces».
Finalmente, ataron al guardia y subieron a una camioneta 4×4 negra doble cabina con estribos en ambas puertas y barras antivuelco, se concluyó en el dictamen fiscal.
A Martínez, la fiscal la acusa de haberle dado dinero a los prófugos el mismo día de la fuga en su casa de Berazategui y de haberle facilitado una camioneta Kangoo gris el 31 de diciembre para escapar. Como pruebas contra la mujer, hay informes que indican un importante flujo de llamadas entre el teléfono fijo de la cárcel y el de Martínez y una testigo que ubica a Cristian Lanatta mirando desde atrás del mostrador del comercio de ropa infantil de su suegra el mismo día de la fuga.
La fiscal consideró mendaces los dichos de Martínez, quien había manifestado que su yerno no había ingresado al local y que fue violento con ella. Para Bravo, el 31 de diciembre Lanatta volvió al comercio y se llevó la camioneta de su suegra previo acuerdo con ésta, quien podría acceder a un juicio abreviado, según surge del requerimiento fiscal.
A los hermanos Lanatta y a Schillaci se les imputan los delitos de «robo, privación ilegal de la libertad agravada, robo agravado por el empleo de arma de fuego cuya aptitud ara el disparo no ha podido comprobarse».

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