Fuerza interior

Lilia Bernardi es una rugbier de Ezeiza que llegó al distrito para hacer historia. Se sumó al club municipal y fue fundamental para lograr el ascenso a Primera División

Si bien no era muy amante del deporte, Lilia Bernardi (23) empezó a jugar al rugby hace cinco años, atraída por los valores y el compañerismo de esta disciplina. Sus primeros pasos fueron en Ezeiza, hasta que se mudó a Berazategui y, a fines de 2018, se sumó al equipo femenino de la Municipalidad. Hoy, con su sacrificio y gran adaptación a cualquier puesto, se ha transformado en una de las piezas fundamentales del conjunto berazateguense que alcanzó recientemente el histórico ascenso a la Primera División.
«Lo que más me llamó la atención del rugby son los valores, la humildad y el compañerismo que existen, tanto adentro como afuera de la cancha. Es el único deporte que conozco, por ejemplo, que tiene un tercer tiempo, en el que se comparte un momento con el equipo rival», explica Lilia, que a los 18 años se incorporó al Club de Ezeiza y empezó a jugar con regularidad.
Durante esa primera experiencia, logró crecer como jugadora e incorporar ese espíritu de sacrificio que permanentemente acompañaba al resto de sus compañeras, incluso hasta en las prácticas. «Me sorprendió el esfuerzo y las ganas que le ponían a todo. Aunque lloviera, hiciera frío o calor, no faltaban nunca a un entrenamiento, porque en la cancha siempre estaba presente el ‘calor humano’. Eso me animó a seguir yendo, aunque al principio me costó muchísimo», recuerda y, con una sonrisa, reconoce: «en mi primer partido cometí el error de dar un pase para adelante, me quería morir. Me acuerdo que me lo reproché todo el día».
«Particularmente, me siento muy orgullosa de poder representar al equipo de la Municipalidad de Berazategui, una ciudad que me abrió los brazos desde el primer momento», resaltó.

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