Cultor del bajo perfil y del trabajo político pero sin apelar a frases grandilocuentes, el embajador argentino en Brasil, exvicepresidente de la Nación y exgobernador bonaerense, Daniel Osvaldo Scioli, comenzó a pulsar la calle para conocer bien de cerca el humor social y las necesidades de la gente. Sin dudas explicará que no es momento de hablar de candidaturas o de postularse, pero cualquier dirigente sabe que si el partido se lo pide, él dará el presente. Aunque no lo diga, Scioli se posiciona firme como uno de los presidenciables para el justicialismo.
En Mar del Plata, más precisamente en la popular playa Bristol, el embajador se toma un descanso tras lo que se ha definido como una excelente tarea en Brasil, con el horizonte puesto en «el gran acuerdo» entre ambos países tras la asunción de Lula Da Silva en su tercer mandato como Jefe de Estado brasileño.
Atrás quedaron las importantes reuniones con el nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, para comenzar a trabajar sobre los entendimientos entre los dos países y en la «visita oficial de Lula a Argentina» prevista para el 23 de enero. Y también con el flamante ministro de Economía de ese país, Fernando Haddad, con quien habló sobre «temas económicos estratégicos» para «concretar en el corto plazo la integración económica y financiera» entre ambas naciones.
Ya en la Argentina para recibir este jueves al presidente Alberto Fernández, quien encabezará un acto en La Feliz, Scioli comenzó la «campaña silenciosa», recibiendo a cada veraneante que le pedía una foto o simplemente saludarlo al reconocerlo en plena playa.
Es que al menos por ahora sin Cristina Fernández como candidata y si el Primer Mandatario no va por su reelección, es más que un secreto a voces que la figura que emerge rápidamente a la hora de elegir a un presidenciable es Daniel Scioli, quien así iría por la revancha de aquel 2015, donde con el Frente para la Victoria no logró llegar al sillón de Rivadavia por muy poco, perdiendo en segunda vuelta.
Scioli «testeó» desde La Bristol y la carrera de las candidaturas, por ahora, transcurre en silencio.
