Con el corazón en la boca

El Cervecero venció a Morón y pasó la primera final para permanecer en la categoría. El técnico Mario Sciacqua valoró la emotiva victoria: "gracias a Dios los jugadores entendieron cómo había que jugarlo"

Se sufrió, se miró al cielo reiteradas veces, hubo mucho nerviosismo, pero se sacó adelante un partido complicado. Quilmes ayer logró lo que necesitaba: ganar. El Cervecero venció al Gallo y lucha por mantenerse en la B Nacional.
El entrenador Mario Sciacqua ayer dialogó con la prensa y analizó el triunfo del QAC contra Morón, por la 22da. fecha de la B Nacional.
El DT del Cervecero lo padeció a lo largo de los noventa minutos y ni siquiera se animó a mirar las ejecuciones de los dos penales.
«Nos repusimos ante el gol de ellos y jugamos bien. Creo que lo podríamos haber liquidado antes al partido», manifestó.
Añadió: «trabajamos el partido de la forma que se dio, sabíamos cómo ellos nos iban a jugar».
«Tomamos conciencia del asunto. Tuvimos que mostrar rebeldía necesaria para ganar este partido. Con fútbol, con entrega y con inteligencia, lo ganamos merecidamente», afirmó.
«Le tenía fe a Tomás (López), entró poco tiempo y defendió bien. Vi que el equipo se defendía correctamente. Aunque nos replegamos tuvimos contraaques para liquidar el partido, pero fallamos en la definición», exclamó.
Además, se refirió al error de Federico Álvarez: «los compañeros le dieron fortaleza a la Pantera para que no se caiga anímicamente».
«Por cómo vi al equipo, por el corazón y la entrega, me gustaría que el partido con Rafaela se juegue mañana. Hubo una entrega absoluta de todo el equipo, todos dejaron la vida en cada jugada. Creo que eso es valorable», dijo.
«La gente acompañó en todo momento: el público alentó y los jugadores sacaron fuerzas cuando parecía que no la tenían», sentenció MS.
Agregó:»hay que seguir con los pies sobre la tierra, no hay que creerse más que nadie. Tenemos que seguir entrenando y trabajando».
«Cuando llegó el gol de Morón pensé en muchas cosas: pensé en Dios y me preguntaba cuál era la señal. Por suerte llegó el penal, lo sufrí. No quise ver cuando se pateó el penal. Gracias a Dios pudimos ganarlo», expresó .
«Fue importante la concentración del equipo y la inteligencia para resolver cada jugada», resaltó.
«La gente se dio cuenta del optimismo que había. Los hinchas sintieron esa buena voluntad y se nota que los jugadores manejaron la ansiedad. El equipo estuvo ordenado a lo largo de los noventa minutos».
«El Rengo (Rodrigo) Díaz no pudo complicar, no hubo marca personal, sino que hubo un compromiso total», explicó el exentrenador de Olimpo.
«Manejamos la ansiedad con orden y creamos muchas situaciones de gol, nos faltó marcar más goles. Me hubiese gustado que los goles hubiesen sido por alguna jugada y no por penal», culminó el entrenador.

deportes@elsolnoticias.com.ar

El entrenador del QAC no se animó a mirar las ejecuciones de los penales (foto Silvana Livigna)
Compartir