El presidente Javier Milei concluyó una semana complicada en Córdoba. A pesar del entusiasmo generado por su presentación musical en el Luna Park, el resto de la semana estuvo marcado por dificultades. La Ley de Bases y el Paquete Fiscal siguen atascados en el Senado; se desató una crisis interna que resultará en la salida del jefe de gabinete Nicolás Posse; en Misiones, la situación es tensa debido a los reclamos salariales insatisfechos, y los recientes datos económicos no son alentadores.
En este contexto, la Casa Rosada intentó convertir las derrotas en una oportunidad, organizando una celebración del 25 de Mayo con su gabinete y seguidores en Córdoba, sin el apoyo de los gobernadores.
Sin embargo, la convocatoria no logró llenar ni la mitad de la plaza San Martín, frente al Cabildo cordobés.
Con un fuerte operativo de seguridad que incluyó la represión de manifestantes con balas de goma, resultando en varios heridos, el presidente anunció desde el balcón del Cabildo que insistirá en la firma del Pacto de Mayo y que establecerá un «consejo» para supervisarlo. Además, moderó sus críticas al Congreso y prometió que su próximo objetivo será «reducir los impuestos».
Milei llegó a Córdoba a las tres de la tarde en el avión presidencial, acompañado por la secretaria general de la presidencia, Karina Milei. Otros funcionarios arribaron en un vuelo separado.
Tras aterrizar, Milei se dirigió al Cabildo, donde saludó a la multitud desde el balcón junto a su hermana. La plaza San Martín estaba bajo un riguroso control de seguridad, con efectivos de Gendarmería, la Policía Federal y la policía provincial. Estos tenían órdenes estrictas de impedir la entrada de personas con banderas que no fueran argentinas y de revisar bolsos y mochilas para evitar el ingreso de objetos peligrosos. En los accesos a la plaza y en el aeropuerto, los manifestantes intentaron avanzar para expresar su repudio a la visita presidencial, pero fueron reprimidos.
