Un padrasto que abusó durante un año de la hija de su pareja en Ezpeleta fue condenado a 3 años y 9 meses de prisión por el Tribunal Oral Criminal Nº 2 de Quilmes.
Por los hechos fue sentenciado Maximiliano Vetter que según consta en las actuaciones judiciales, entre marzo de 2013 y 2014 abusó de la niña de 11 años en el hogar que compartían en la localidad de Ezpeleta, Quilmes. La denuncia fue impulsada por la madre de la víctima luego que una «compañera del colegio de la pequeña le contara a la mujer los delicados hechos que la criatura le había confiado».
Tal quedó acreditado en el juicio la niña quedó «con graves secuelas psicológicas» según informó al declarar una profesional en la sala de audiencias de la sede penal. Con los elementos producidos el fiscal Sebastián Videla había requerido una condena de 4 años de prisión para Vetter que llegó al debate en libertad; los relatos de los peritos psicologos que mantuvieron entrevistas con la víctima fueron contundentes a preguntas de las partes al referir a las secuelas que sufre la adolescente a raíz de los abusos a los que estuvo expuesta.
Asimismo, se consideraron relevantes las expresiones de la madre de la niña como de la propia víctima que en Cámara Gesell había hecho alusión a lo que debió padecer por parte de la pareja de su madre en la vivienda que ambos compartían y que se daban en ausencia de la progenitora.
Los jueces Pablo Pereyra, Ariel González Elicabe y Félix Roumieu dieron a conocer el veredicto contra el vecino de Ezpeleta por el delito de «abuso simple»; no dudaron en votar por unanimidad el fallo que sentenció a la pena citada al abusador aunque en el pronunciamiento se dejó en claro que los «hechos podrían haber configurado una figura legal más gravosa por parte del ahora condenado en virtud de los elementos probatorios que surgieron en las audiencias de debate».
