¿Cuándo se tiene que ir el DT?

Mario Sciacqua junto al presidente Mateo Magadán
Mateo Magadán y Mario Sciacqua, cuando presentaron al cuerpo técnico

¿Cuándo se tiene que ir el DT?

El ciclo más exitoso de los últimos años en Quilmes, fue el de Gustavo Alfaro. Etapa que concluyó el 23 de mayo de 2005, luego de tres años de éxitos en donde el Cervecero dejó atrás las finales perdidas, logró el ansiado ascenso y llegó nada menos que a jugar la Copa Libertadores.

La era Alfaro finalizó tras una derrota por 2-0 ante Almagro en José Ingenieros y en el medio de una fuerte disputa con el plantel que se arrastraba desde hacía meses. El entrenador había declarado tras el partido: “si el entrenador es el problema, creo que el entrenador se va y se terminan todos los problemas” y había sido aún más preciso: “el equipo no ve por los ojos del entrenador”.

Por lo que lejos de comparar momentos ni mucho menos protagonistas, intentamos responder a la pregunta en cuestión. ¿Cuándo se tiene que ir un entrenador? La respuesta es concreta: cuando los jugadores no transmiten en el campo las ideas del técnico. Dicho en criollo: cuando no le dan bola.

¿El actual presente del equipo transita por ese camino? Ya la respuesta no es tan contundente. Si vamos a las declaraciones de rigor, no aparecieron disidencias con respecto al mensaje de Mario Sciacqua. Pero lo realmente importante no es lo que se dice sino lo que se hace y allí es donde se aceptan diferentes visiones.

El equipo desde hace varias fechas no transmite una idea y hasta con el correr de los partidos fue perdiendo sus virtudes principales: la intensidad y la agresividad. Funcionamiento colectivo no tuvo a lo largo de la temporada y más bien se pareció a un equipo atado a la verticalidad y al triunfo de duelos individuales.

Los futbolistas, al menos los que quisieron expresarlo en la intimidad, bancaron la continuidad del entrenador ante la directiva. Si bien como en todo grupo puede haber distintas miradas sobre todo de “los desplazados”, en líneas generales le manifestaron que están con Sciacqua. Pero ahora les espera lo más complicado, transportar esa banca al campo de juego, donde allí se debe sostener el proceso y no hacerlo de boquilla.

La directiva no tiene pensado finalizar el ciclo del entrenador. Más allá de las dudas internas (que también las hay) tomaron una decisión hace un mes y la mantienen: el final es con Sciacqua y dependerá todo del entrenador.

Quilmes de los últimos 7 partidos ganó solo 1 (a Villa Dálmine que se está yendo al descenso) y hace dos partidos que no mete un gol. A pesar de todo se mantuvo en el quinto puesto (hoy ya sin ventaja deportiva en un hipotético cruce en el Reducido con el quinto de la otra zona). Aunque los números no siempre sirven para responder la pregunta en cuestión.

SEBASTIÁN KERLE

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